Play of Fate- Jenlisa

Capitulo 24

Jennie Pov

Al salir de aquel sitio mi cabeza estaba a punto de explotar. Ver frente a frente a la persona que arruinó tu vida es una sensación que no podría describir en palabras. Por mucho que el se disculpara nada traería de vuelta a Irene, por lo tanto lo único que deseaba era que pasara el resto de su vida en prisión. Quizás el rencor era algo sumamente destructivo, pero dudaba que algún día llegara a perdonar a aquel hombre. Ahora finalmente se haría justicia y eso le daba un poco de paz a mi vida.

En cuanto a Lisa, aún intentaba procesar sus palabras, jamás podría imaginar que gracias a ella hoy me encontraba con vida. Por otra parte entendía que mi reacción era sumamente lógica, por lo que intentaba no castigarme, hasta hace apenas unas horas ella era la culpable.

En el momento de salir de la sala no tuve el valor siquiera para mirarla, no sabría como hacerlo, entendía que debía disculparme pero eso llevaría un tiempo, no solo traicionó mi confianza, también se involucró en mi vida a un punto en el cual no podría simplemente olvidarme de ella, y eso era lo que más dolía.

Los días siguientes a su arresto su ausencia me golpeaba en cada momento, extrañaba su sonrisa todas las mañanas, las cenas en las que tan solo disfrutamos de la compañía de la otra y su buen humor que siempre lograba mejorar un mal día.

Tan solo pasaron unos pocos días desde su ausencia, no imaginaba como sería de ahora en adelante ya que ella tendría que pasar los próximos seis meses en aquel sitio.

Jisoo me acompañó de regreso a casa junto con mis padres. Luego de una corta charla con la familia de Irene decidieron que lo mejor sería no dejarme sola, lo cual en un principio reproché pero en mi interior lo necesitaba.

Allí logré contar con lujo de detalles todo lo sucedido con Lisa, evadiendo algunos obvios detalles que no eran de importancia. De igual forma sacarían sus propias conclusiones, ya que no evité mencionar los nuevos sentimientos que comenzaban a crecer poco a poco.

Me preguntaba si en algún momento tendría el valor de visitarla, disculparme por no escuchar sus palabras cuando ella intentó explicarse y agradecerle por salvar mi vida. 

Me tomaría mi tiempo, estaba segura de que ella lo entendería.

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Seis semanas exactas fueron las que pasaron desde aquel día y muchas cosas en mi vida habían cambiado, sentía que necesitaba darle un nuevo giro y comenzar de 0.

Por ese motivo tomé la decisión de abandonar la casa en la cual llevaba viviendo mas de dos años y mudarme a un sitio en la zona céntrica de la ciudad, a tan solo unas calles de la oficina. Aunque lo intentara esa casa jamás dejaría de ser mi hogar con Irene, debía finalmente dejarlo atrás.

La nueva casa era sumamente maravillosa, no muy ostentosa, pero con todas las comodidades necesarias, finalmente tenía mi propio patio trasero con una maravillosa piscina en el centro de este. Me conformaba con eso, Kuma tendría un sitio para recorrer con tranquilidad sin estar todo el tiempo encerrado, mucho más ahora que sumaba a una nueva compañera a su vida.

Creía que el cachorro se sentiría muy solo en un nuevo sitio, por lo que sin dudarlo adopté a una pequeña gatita, o mejor dicho ella me adoptó a mí.

Una de las noches en las que volvía a casa de la oficina, mientras esperaba a que el usual trafico avanzara, mis ojos encontraron a este pequeño animalito abandonado en una esquina, alguien con poco corazón la dejó a la intemperie y con tan solo una caja para resguardarse del frío.

Rápidamente estacioné cerca de allí para recogerla, era sumamente hermosa, desde su pelaje hasta sus ojos, apenas tendría unos pocos meses, por lo que inmediatamente al otro día la llevé a su primer consulta con el veterinario. La pequeña se adaptó de inmediato y su compañía era una dosis de felicidad tanto en mi vida como en la del cachorro. Decidí que su nombre sería Lily, ya que esta me recordaba a la rubia y a nuestro primer encuentro.