Malos Hábitos. [Gustacio A.U]

🎃19.1.-Otoño🎃

[Finla 2.1 /3]

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Gustabo.-

El frio viento del otoño chocaba contra mi cuerpo haciéndome estremecer, las hojas anaranjadas de los arboles se movían de un lado a otro cayendo en el proceso adornando mas el piso de aquel parque, el sonido de los pájaros cantando y el viento chocando contra la copa de los arboles me relajaba, por instinto levante mi mirada del piso girando un poco la cabeza.

Mi corazón se detuvo por un momento al tenerlo ahí al frente mio, sus cabellos rojizos despeinados, sus bellos ojos heterocromos eran eclipsados por las feas bolsas debajo de ellos, se le veía cansado y aun así, su sonrisa se hizo mas grande cuando me vio.
Lo vi corres hasta donde yo estaba y luego de eso su brazos rodearon mi cuerpo, se sentía tan cálido volver a estar a su lado.

—Joder pensé que te perdía.—susurro enterrando su rostro en mi cuello.

—Estoy aqui Horacio.— 

— Ya, pero hace un rato no estabas aqui, no quiero perderte Gustabo, no lo soportaría.— su voz se escuchaba tan rota y débil que algo dentro de mi me hizo sentir tan pequeño.— Por favor no vulvas a irte así, me tenias tan preocupado.—

—No puedo prometer eso osito.— lo sentí, sentí mi corazón hacerse pequeño cuando después de esas palabras el me miro a los ojos.

Esos bellos ojos que tanto amaba estaban llenos de lagrimas, su boca estaba entreabierta como si quisiera reclamarme algo, pero ni una sola palabra salía de ella.

—Pe-pero tu lo prometiste, pro-prometiste estar a mi lado siempre.— su voz, tan suave y rota.

—Lo cumpliré, pero primero tengo que hablar con mi padre.—

Horacio abrió los ojos de par en par, y era de esperarse, la palabra ¨Padre¨ no suele estar en mi diccionario mental.

—¿Quieres hablar con Conway?—

— Lo necesitó, yo realmente necesito hablar con el.—

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La cuidad entera se preparaba para Halloween, las decoraciones terroríficas y el color  naranja protagonizaban las calles de Los Santos, el suave viento chocando sobre mi cara, y sobre mi mano, la gran mano de Horacio repartía pequeñas carias, sonreí, sin creer lo mucho que necesitaba su presencia en mi día a día, y entonces recordé que también tenia un tema pendiente con el...

—Después de hablar con el Super también tengo que hablar contigo Horacio.—

—Vale, pero primero habla con el, te ha estado buscando como loco.—

Bajamos del coche y al estar frente a la puerta del despacho de Conway sentí miedo, un miedo tan grande como el que sentía cuando desperté hace años atrás totalmente solo entre cartones.
Tome valentía y toque la puerta, dos golpes sobre ella y un ¨Pase¨ se escucho del otro lado. Gire la perilla y entre sigilosamente al despacho. ¿Hace cuanto que Conway no duerme?

Verle así me dejo sorprendido, iba en chándal negro y con una sudadera del mismo color dejando atrás el traje elegante que lo caracterizaba, tenis deportivos en lugar de sus típicos zapatos formales, debajo de sus ojos también había bolsas y ojeras, sus lentes oscuros no estaban y sus cabellos eran un desastre.

—¿Padre?— y de nuevo aquella palabra salió de mis labios sin siquiera darme cuenta

Se quedo ahí, completamente paralizado, sus manos temblaron y pude escuchar un sollozó proveniente de el. Se puso de pie rápidamente mirándome a los ojos, lo vi caminar hasta donde yo estaba, y después de eso sus brazos rodearon mi cuerpo en un cálido y reconfortante abrazo. Uno que no sabia que necesitaba.
Correspondí el abrazo aferrándome a su cuerpo como si tuviera miedo de que se fuera, y en verdad lo tenia, por fin, después de tantos años podía abrazar a mi padre y sentirme vulnerable en sus brazos, tenia miedo de que solo fuera una alucinación, tenia tanto miedo de que no fuera real.

—¿Tu- tu eres real?—

— Pero que preguntas haces Hijo, soy real, tan real como lo eres tu Matty.— y jamás creí que una simple oración pudiera hacerme sentir tan seguro.

— Por favor no me suelte, tengo miedo.—

—Shh,  papá está aqui, papá te cuida pequeño Matty.— y por primera vez en tanto tiempo me di el lujo de bajar la guardia.

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Matthias Conway.

Los tonos anaranjados del otoño y su frio clima acompañaron mi llanto, los fuertes brazos de mi padre se aferraban a mi cuerpo haciéndome sentir protegido, mis lagrimas caían cual roció por la mañana, y yo me sentía tan pequeño como cuando tenia cinco años.

Odio el otoño, lo odio por que en esas fechas hace años casi pierdo al amor de mi vida, Horacio.

Pero ahora amo tanto el otoño, lo amo por que me dio la oportunidad de recibir el abrazo mas hermoso del mundo.

Amo el otoño tanto como amo a Horacio,
Amo el otoño tanto como  mi pequeña Ama lo adora.
Amo el otoño tanto como amo a mi padre.

Y odio el otoño por no poder abrazar a mi madre de nuevo.

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By_Sweetcherry.

*☆*ﾟOdio el otoño por que por esa época me dijiste Te amo por ultima vez.*☆*ﾟ