3 - Bendición de los Dioses

720 107 43
                                    

-Denme sus manos un momento. -dijo Alan, extendiendo una de sus manos.

Entonces, luego de verse los unos a los otros, los cuatro pusieron sus manos sobre la de Alan. Este con su otra mano tomó un cristal de su bolsillo. Pulsaba débilmente con una leve luz azulada, y en su interior parecía albergar un universo. Apretando este, la luz comenzó a brillar un poco más fuerte, y esta luz comenzaría a envolver al grupo completo. En segundos, luego de no poder ver nada, la luz disminuyó y reveló un panorama totalmente distinto.

-Espera espera... ¿¡qué!? -gritó Kumiko, abrazando con fuerza a Kenta.

De lejos se podía ver lo mucho que temblaba la pobre, mientras el resto del grupo miraba alrededor sin comprender totalmente lo ocurrido.

-Runas de Teletransporte, ¿conveniente no? -recalcó Alan.

-¿Runas...? -Kenta sentía como con cada segundo su mente se derretía más y más.

-Les explicaré todo en su debido tiempo para no saturarlos... pero primero, sus nombres. -respondió Alan ante la confusión.

Antes de las introducciones, Kuro inspeccionó rápidamente el lugar donde estaban. Aparentaba la apariencia de un coliseo, siendo una gran área circular con más de veinte metros de diámetro, delimitado por paredes que se extendían a los ocho metros de altura. Encima de estas paredes, en forma de escalera habían asientos. Al estar vacíos se podía presenciar la capacidad abismal de dicho coliseo.

Frente al grupo habían cinco espantapájaros, con un dibujo de una diana en el pecho del mismo.

-¡Kenta! Kenta Ichikawa es mi nombre. -respondió él "líder" del grupo.

-Kumiko T-Takada. -continuó la pelinegra, mostrando un rostro levemente ruborizado.

-Yui Sakurai, todo un gusto presentarme oficialmente. -continuó la más baja del grupo, estando, como de costumbre, algo alejada de Kenta y Kumiko.

-Kuro.

-¿Kuro qué? -preguntó Alan luego de esperar varios segundos por su apellido.

-Solo llámeme Kuro. -respondió nuevamente, dejando en claro que no iba a compartir su apellido.

-Okay, bueno. Nuevamente, mi nombre es Alan Quintash, y soy el actual General del Ejército Imperial, a cargo de las tropas en su totalidad. He sido encargado la explicación y entrenamiento de ustedes tre-... huh. -se detuvo a mitad de explicación, y girando su cabeza unos ángulos a la derecha, movía sus ojos entre los cuatro jóvenes.

-¿Hm? -preguntaron al ver aquella reacción.

-La Invocación tiene un límite de tres personas... pero ustedes son cuatro... eh, que más da. Continuemos.

Alan tomó varios segundos donde se dirigió al centro del coliseo, quedando unos metros más alejado de donde se encontraba anteriormente, y comenzó a hablar tan pronto giró su cuerpo en dirección al grupo.

-Héroes, ustedes han recibido la Bendición de los Dioses al ser invocados, y les mostraré su potencial en este momento.

Dando media vuelta, extendió por completo su brazo y abrió su mano, apuntando la misma hacia uno de los espantapájaros.

-¡Fireball! -gritó Alan, y de su mano una energía naranja emana de golpe.

De la nada se formó una llama a varios centímetros de su palma, la misma creciendo en tamaño al cabo de varios segundos, y posteriormente salió disparada hacia el espantapájaros a una gran velocidad.

Kenta miraba con estrellas en sus ojos la situación, mientras que Kumiko tapaba sus ojos, encontrándose en cuclillas. Por otro lado, Yui no despegaba su vista del chico con su típica mirada estoica.

Kuroi Tentai no AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora