26 - Regreso al Palacio

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—¿Perdiste los modales, Ray? —miró en dirección al fantasma.

—¡Lo lamento Su Majestad! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! —con cada disculpa el fantasma hacía una reverencia hacia el chico.

—Cállate. Simplemente tuve suerte de que apareciera alguien digno.

—Nunca había visto a la Espada Divina S-

—Esta no es esa basura. Gracias a la compatibilidad de este envase se transformó en la espada que solía usar hace 150,000 años —explicó Caligo mientras se estiraba un poco —. Dejemos eso a un lado. Ray, dame el Devora Almas.

Frente al chico apareció una grieta en medio de la nada, de la cual salió un anillo que se quedó suspendido en el aire. Así como la espada, el anillo era completamente negro, reflejando la luz con un destello oscuro.

Llevaba una gema completamente oscura, cortada perfectamente. No obstante, al mirar a este uno se perdía en su infinita oscuridad, como si se tratara de un agujero negro.

—Bien, es momento de probar a mi querida Anima.

El chico miró en dirección a la princesa bestia, la cual seguía en el suelo estupefacta ante la situación.

—¿Kuro? ¿Qué está pasando? —preguntó la chica.

No obstante, Caligo llevó su arma por encima de su hombro, y sin decir nada hizo un ataque vertical hacia la princesa.

Esta fue capaz de verlo y saltó hacia atrás, pero de la espada un corte oscuro salió en su dirección. Activando su magia de bestia, la chica esquivó al instante aquel ataque.

—Hou, no eres completamente inútil. —dijo el chico luego de que se lo esquivara.

—¡Deja de bromear conmigo! —exclamó la chica.

Para comprobar lo que ocurría, la princesa decidió intentar ver el estado de su enemigo, pero…

Intento de Visualización Bloqueado.

—¿Convencida? —dijo Caligo con una sonrisa.

Luego de aquello, Elizabeth abrió sus palmas, concentrando dos esferas de viento que lanzó hacia el chico.

No obstante, este simplemente llevó su espada al ataque, y la magia fue absorbida por completo. Entonces al apuntar la espada contra la chica, las esferas de viento salieron en su dirección desde el arma, las mismas teniendo una coloración oscura.

Elizabeth nuevamente esquivó el ataque, preparando para cargar contra el chico, pero las esferas impactaron su espalda tras unos segundos, lanzándola varios metros hacia la pared.

—Tal y como la recordaba —dijo Caligo mientras se acercaba a la chica —, supongo que es momento de probar el Devora Almas.

La princesa intentaba ponerse de pie, pero no tenía la fuerza suficiente para ello. Quedando frente a ella, Caligo llevó su espada al cuello de la princesa.

—¿Últimas palabras? —dijo el chico con una sonrisa en su rostro.

—Heh, nunca serás mejor que Kuro. —contestó la chica, y sin decir nada más le escupió en la cara al chico.

Aquella sonrisa se borró al instante, y sin esperar tomó a la princesa del cabello. La misma comenzó a rasguñar el brazo del chico intentando liberarse, pero luego de unos segundos Caligo lanzó a la chica contra la pared contraria.

Esta chocó de espaldas, causando un cráter en la pared para entonces deslizarse lentamente hasta caer al suelo.

—¿Qué piensas hacer Maestro? —preguntó el espectro que había estado callado todo este tiempo.

Kuroi Tentai no AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora