Kuroi Tentai no Akuma

37 - Ganadores

Con su magia de Bestia activada, Nero cargó hacia Kuro, golpeando el suelo con tanta fuerza que levantó una nube de polvo y dejó un pequeño crater. Sin embargo, Kuro estaba listo para el ataque. Esquivó el golpe sin dificultad y contraatacó con su espada hacia el brazo de Nero. No obstante, el arma no hizo ningún tipo de daño.

Luego de esto, Nero sonrió al ver como el chico tampoco le hacia daño. Comenzó a lanzar bola tras bola de fuego hacia el chico. Al principio Kuro esquivó todos los ataques, pero algunos fueron capaces de llegar a su posición; no obstante, aquellas bolas de fuego parecían atravesar su cuerpo como si se tratara de un fantasma... quizás Nero estaba viendo mal por la neblina.

Por otro lado, Astra y Claude se encontraron frente a frente, sus ojos fijos en los del otro, midiendo sus movimientos. Claude sostuvo su espada con ambas manos, apuntando directamente al centro del pecho de Astra. Esta, sin embargo, mantuvo su guardia alta, con su arma en posición horizontal en su mano derecha y su mano izquierda lista para lanzar un ataque.

Claude fue el primero en moverse, cargando hacia Astra con su espada levantada. Ella rápidamente saltó hacia atrás, pero el joven persiguió la persiguió, lanzando una serie de golpes pesados que Astra esquivó con facilidad gracias a su agilidad. La chica lanzó un golpe rápido hacia el costado de su enemigo, pero este lo bloqueó con su espada.

Claude continuó atacando con golpes poderosos, buscando aprovechar la ventaja de su espada más pesada. Astra continuó esquivando y bloqueando los golpes, buscando la oportunidad de contraatacar. Claude, desesperado, intentó hacer un ataque más fuerte que los demás, tomando más tiempo para poner toda su fuerza; este era el momento, Astra encontró una abertura y lanzó una serie de golpes rápidos hacia el costado de Claude. Claude bloqueó la mayoría de los golpes, pero uno de ellos logró atravesar su defensa y golpearlo en el hombro.

Claude gruñó de dolor y se alejó de Astra, tomando un momento para recuperarse. Astra aprovechó la oportunidad para recuperar su aliento y ajustar su postura. Claude cargó hacia ella nuevamente, pero esta vez Astra estaba lista. Astra desapareció en la neblina que cubría el campo de batalla, reapareciendo detrás de Claude y lanzando un corte hacia su espalda. Claude logró bloquear el golpe a tiempo, pero la velocidad de Astra lo sorprendió, haciendo que retrocediera unos metros.

Tan pronto se detuvo, Astra nuevamente apareció detrás de él, atacando contorno corte. Claude bloqueó el ataque, pero para su sorpresa esta vez la chica desapareció al momento donde sus armas chocaron. Un corte diagonal cortó su espalda de manera superficial. Tras esto, de la espalda del chico salió un filo de acero en dirección a Astra, pero la chica ya no estaba ahí.

Momentos más tarde, otro corte superficial rozó su costado. Tan pronto Claude se movió para defender en esa posición, otro corte en su pierna izquierda. Este intercambio duró por varios minutos, Astra continuando con una lluvia de cortes de ángulos inesperados, utilizando la neblina para nunca ser vista ni escuchada por su enemigo.

Finalmente, Claude decidió que no podría defenderse de los ataques, por lo que cubrió su cuerpo del cuello hacia abajo con acero, y diversas púas salieron disparadas a trescientos sesenta grados alrededor de él. No obstante, tan pronto como creyó que había evitado el ataque de su enemiga, Astra apareció sobre sus hombros, teniendo el filo de su arma a centímetros del cuello de Claude.

Tras unos segundos donde ambos respiraban pesadamente, Claude finalmente levantó las manos en señal de rendición, dando por terminada la pelea entre ambos. A pesar de haber ganado, Astra estaba agotada. La pelea había sido larga y agotadora, pero finalmente había logrado superar a Claude gracias a su agilidad y habilidad con la neblina.

—¡Impresionante! ¡Astra Effrenovis ha vencido sin problemas a Claude Lehoia! La batalla ha tomado un giro inesperado. —dijo el anunciador, rompiendo el silencio que se había formado debido a que desde el inicio las batallas no se habían detenido.