21 - Asalto Implacable

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Siguiendo el camino de destrucción, el chico se encontraba frente a un largo pasillo. El mismo se extendía por decenas de metros, pero al final de lo que parecía ser una infinidad: dos puertas destruidas en el suelo, llevando a una habitación muchísimo más grande de lo que Kuro habría podido imaginar.

Corriendo hasta entrar en la misma, no pudo evitar echar un vistazo. Finas armaduras, armas y estandartes decoraban las paredes de la sala. Una extensa alfombra roja pasaba por el centro de la habitación, decorando el camino hasta el trono, pasando por unos escalones hasta llegar a la silla de oro.

Antes de ello, el chico observó las diversas ventanas del lugar. A la derecha e izquierda había una gran ventana en el centro de la pared, cubierta con cortinas del color de la alfombra, y cocida con tela dorada en los bordes. No obstante, el techo también tenía una gran ventana, dejando el brillo del sol rebotar con el acero y oro de todas las decoraciones del lugar.

Sentado sobre el trono, un hombre bestia con una fuerte presencia veía a una princesa exhausta, recargada de una espada para evitar caerse.

Levantándose del trono, el rey cerró sus ojos y mejoró su postura, manteniéndose de forma erguida y afrontando a su hija. A diferencia de los príncipes, los ojos del Bestia eran puntiagudos y carmesí, aunque Kuro sintió escalofríos tan pronto sus miradas se encontraron. Una mirada tan profunda que sintió que estaba siendo absorbido por un demonio hacia el infierno.

Magnus no poseía muchas cualidades de humano, pues pertenecía al tipo que primariamente son animales. Según sus rasgos, Kuro imaginaba que era un lobo; su pelaje café oscuro tenía varias manchas negras, y su cuerpo estaba lleno de cicatrices por todas partes.

Elizabeth agarró la espada que llevaba y comenzó a correr desesperadamente hacia el rey. Este cerró su mano izquierda, y extendió su brazo en la misma dirección. Con ello, una poderosa ráfaga de viento llevó a la princesa volando hasta la pared, causando un golpe violento que la estremeció por completo.

Viendo como había quedado sin fuerzas, Kuro imaginó que no podría seguir continuando. Lo sorprendente, por otro lado, es que Magnus no mostraba tener ningún tipo de daño sobre su cuerpo, mostrando la superioridad del rey sobre la princesa.

—¿Cuál es tu objetivo? —cuestionó Magnus. Su voz imponente fue suficiente para causar temor en Kuro, mientras su cuerpo gritaba por huir de aquella fuerza inamovible.

—Necesito más poder. —contestó el chico, recomponiéndose de la sorpresa.

—Hmph, muere.

Haciendo la misma acción, Magnus creó otra ráfaga al lado del chico. No obstante, el chico dió un salto hacia atrás, y tras esquivar el ataque le lanzó una bola de fuego al rey de los bestias.

—Nada mal. —el rey extendió su mano hacia la bola, y tras hacer impacto cerró su puño, disipando el fuego como si no hubiera sido nada.

“11 niveles de diferencia es demasiado...” pensó el chico, intentando pensar en cómo vencer al rey.

Magnus comenzó a hacer movimientos horizontales y verticales con su mano derecha, de la cual salieron varios cortes de aire en dirección al chico.

Este esquivaría los mismos, rasgando un poco su ropa debido a la velocidad de los cortes. Mientras se recuperaba, Magnus apareció a su lado en menos de un segundo, lanzando un puñetazo en dirección a su rostro. A pesar de que saltó hacia atrás, una ráfaga de aire continuó del golpe, impactando al chico de lleno al este no poder moverse mientras estaba en el aire.

Volando varios metros, Kuro chocó contra la pared de espalda con una fuerza tremenda, dejándolo aturdido varios segundos en el suelo.

—¡Kuro! —gritó Elizabeth debido al fuerte impacto.

Kuroi Tentai no AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora