27 - La Biblioteca

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La mañana fue bastante inoportuna, donde el chico tras prepararse fue a desayunar. Nuevamente, era tratado como realeza a pesar de ser solamente un invitado.

Luego de finalizar la comida, con la guía de la sirvienta de cabello púrpura pudo llegar a uno de los baños del castillo. Este era el de hombres, y sí, el chico se aseguró de ello para evitar malentendidos.

Tras entrar, dejó su ropa en un canasto que se encontraba para ello, y luego entró como tal a la habitación donde estaba el baño cubierto con una toalla.

El vapor limitaba la visibilidad del lugar, pero incluso aquella habitación estaba decorada con brillantes ornamentos dorados y tela roja. Con el tamaño de una piscina, realmente era exactamente igual a los baños de aguas termales de su mundo.

"Sea donde sea a la gente le gusta bañarse en agua caliente supongo." pensó el chico mientras se sumergía en el agua.

—Ahhh... —dejó salir un sonido de placer.

Descansando sus brazos en el borde, el chico cerró sus ojos para disfrutar de la paz que sentía.

No obstante, pudo escuchar como un pequeño chapuceo ocurrió al otro lado del baño, y al abrir sus ojos vio al príncipe mayor entrar junto a él.

—Ahh... —tampoco pudo evitar demostrar su disfrute al entrar —Nunca voy a superar lo buena que está el agua. —dijo el principe.

—Realmente es perfecta. —contestó el chico mientras descansaba su cabeza en el borde, mirando hacia el techo.

—Hey, gracias por lo que hiciste por nosotros. —luego de unos minutos el principe le agradeció al chico.

—¿Mmm?

—Pusiste tu vida en la línea por una extraña que apenas habías conocido, y además de ello liberaste a Esperance de la peor dictadura en la historia. ¿Cómo no te voy a agradecer?

—Hah, no lo hice por motivos tan nobles como esos. —contestó el chico.

—¡Aún así! El Clan Real se encuentra en tu deuda, así que nunca tengas miedo en pedirnos algo. —el príncipe dijo con gran orgullo en su tono.

—Hmm, agradezco eso, lo tendré en cuenta. Por ahora solo tengo una pregunta... ¿sabes cómo es posible saber que hacen las habilidades que tienes? —preguntó el chico.

—¿Qué hacen tus habilidades? —Asturias se quedó pensando unos segundos —Recuerdo haber leído algo sobre ello en la biblioteca, pero no recuerdo. Puedes darte una vuelta si lo deseas. —dijo el chico con una sonrisa.

—Hmm... eso haré. Aún así, gracias.

Entonces luego de varios minutos en silencio, el chico salió del baño con su toalla, para entonces secarse y vestirse.

Al salir de la habitación notó que la sirvienta aún lo esperaba.

—¡Luna! ¿Sabes que no debes esperarme siempre cierto? —le dijo Kuro a la zorro.

—¡A-ah! Recordaste mi nombre... —murmuró la chica bajo su aliento —no me molesta esperarte.

A pesar de su comentario, el chico no estaba perdido alrededor del palacio gracias a la ayuda de la chica, así que estaba agradecido de que se mantuviera cerca.

Resultaba que la biblioteca mencionada por Asturias estaba en el pueblo como tal, por lo que el chico debía bajar las inmensas escaleras hasta llegar al pueblo, y entonces buscar sin rumbo alguno hasta encontrar la biblioteca.

—Puedo llevarte si lo deseas. —se ofreció Luna al notar el rostro preocupado del chico.

—¿Segura? Se supone que...

Kuroi Tentai no AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora