Scourganic Flufftober 2021 *Censurado*

Ｓｉｃｋ Ｐａｔｎｅｒ

Dedicado a: _Morita_azul_

Este drabble es la continuación de Under The Rain

—N-No hace falta —quejidos provenientes de un erizo verde se escuchaban en la entrada de su casa—. No debiste molestarte en venir —dice muy apenado de mostrarse de ese modo ante su visita.

Scourge se enfermó el día que le dio su chaqueta prestada a Manic. Ambos estaban parados viéndose fijamente, uno levemente sonrojado por la enfermedad y el otro consternado de verlo en tan mal estado.

—Pero Scourge, necesitas que alguien te cuide —Manic había ido a visitarlo para devolverle la chaqueta que le prestó unos días atrás; se preocupó al ver al erizo sonrosado y con tos—. Te dije que por eso debías llevar tu chaqueta...

—Si bueno, pero al menos no enfermaste —le dijo limpiando su nariz—. Además, esto no es un obstáculo para mí —estornudo, rápidamente se limpió.

Aunque se negase, Scourge lucía mal, estaba pálido y temblaba. Manic se acercó para tocar su frente y se cercioró que tenía harta fiebre. Una parte de él le hizo sentirse culpable por la enfermedad del otro.

—Me quedaré a cuidarte. Es peligroso que estés solo y más con esa fiebre. Así que sin quejas harás lo que te diga —le dijo entrando a la casa de Scourge.

—M-Manic por favor no es necesario... —el otro se sintió como una carga y con pena.

Manic le tomó de la muñeca para hacer que caminara.

—Ahora serás un chico bueno y me dirás dónde está tu cama —le respondió con el tono de voz autoritario.

Scourge protestó tiernamente mientras le explicaba.

—Manic en serio que esto no es necesario —le reprochó sentado en la cama— es solamente una gripe normal.

Manic le tomó de los hombros y le obligó a recostarse.

—Te quedas aquí, iré a preparar algo —le ordenó—. Tienes la fiebre alta, debo bajarla... —susurró pensando.

—No es para tanto —dijo restándole importancia.

—¡Claro que lo es! Si no me hubieras dado tu chaqueta estarías bien, ahora déjame compensarte por ello —le respondió apenado.

Manic se dio media vuelta.

—Te prepararé una sopa, no me tardo —se despidió momentáneamente mientras salía de la habitación.

[…]

Scourge seguía con la enorme fiebre, apenas y podía moverse; resfríos, dolor de cuerpo, se sentía un asco. Menos mal, Manic llegó con medicinas para tratarlo; le dio algunas pastillas y le colocó paños de agua fría para bajarle la temperatura.

—¿Por qué me ayudas? —le preguntaba cerrando los ojos.

—Porque eso hacen los amigos tonto —le respondía como si no fuera lo más obvio y limpiándole la frente con el paño.

—Entiendo —se rindió Scourge mientras ya no oponía resistencia.

Manic sintió vergüenza al decir aquello, era mentira que lo hiciera solo por ser su amigo. Pero, no podía evitar preocuparse, no cuando sentía algo más que una simple amistad en esa relación.

—Es tarde Manic, de seguro Sonic se preocupará —Scourge abrió los ojos viéndole— debes volver a tu casa.

—Ya arreglé las cosas con él. Ahora eres tú el que debe recuperarse —le contestó adelantándose—. Debes comer.

Scourge rodó los ojos, para él tampoco era fácil tener a Manic cerca y menos cuidándolo de ese modo. El otro le acercó un plato de sopa caliente. Scourge se sentó para poder comer un poco, ya que su apetito era escaso, pero solo por Manic trataría de comer un poco.

[…]

Después de hablar un rato, Scourge se durmió. Gracias a los cuidados de Manic y la medicina logró descansar mejor. Le veía, en sus ojos se podía ver la preocupación que le generaba "su amigo".

—Tonto deberías dejar de preocuparme de este modo —susurraba viéndolo—. Pero, al menos así puedo satisfacer este tonto capricho que tengo contigo —dijo acariciándole levemente el rostro.

La fiebre había bajado, y la tos también.

—Te quiero Scourge, pero no creo que podamos estar juntos —susurró dejándolo dormir en la cama. El sueño comenzaba a ganarle, estaba cansado. Se retiró a la sala de estar para dormir un poco.

Lo que Manic no se imaginaba era que Scourge le escuchaba. Sintió una gran felicidad al escuchar aquella confesión. Al estar solo, se sentó en la cama.

—Si podemos estar juntos Manic... mi Manic —susurró sintiéndose dichoso.

Por primera vez, agradeció estar enfermo y recibir los mimos de quien estaba enamorado.