Scourganic Flufftober 2021 *Censurado*

Ｈｕｇｓ

—Genial...

Los quejidos de un pequeño erizo se escuchaban en el pasillo cercano a su habitación. Se mantenía estático sobre el lugar, aunque quisiera moverse alguien lo detenía. No podía creer lo que estaba sucediendo, es más se negaba a aceptar lo evidente.

Los fuertes brazos de otro chico lo sujetaban de manera posesiva, como si no quisiera dejarlo ir. Estaba seguro de que nunca se acercaría de ese modo, pero los sucesos eran contradictorios.

Todo ese problema sucedió porque decidió ir a visitar a su hermano enfermo, y su buen amigo Silver le acompañó de regreso a su hogar. Todo marchaba de maravilla hasta que, su amigo le dio un dulce beso en la mejilla y un abrazo.

Estaba consciente que era su amigo pues, Silver ya tenía pareja.

Entró de lo más normal a su apartamento. Pero alguien le esperaba muy molesto.

—¿Podrías soltarme? —se animó a hablar ya cansado de su opresión.

El otro se negó.

—Scourge, ya hemos hablado de esto —le dijo cansado de su actitud. Scourge era demasiado celoso con él.

Como respuesta sintió como los brazos del otro le sujetaban con un poco más de fuerza.

—Si es por Silver ya sabes que tiene pareja —le recordó.

—No es por Silver —le contestó con voz áspera el otro.

Manic suspiró.

—¿Entonces podemos hablarlo? —le pidió.

Un ligero movimiento en las manos del que lo sujetaba le hizo sentirse extraño. El respirar de Scourge se encontraba perturbado. Era raro, nunca antes lo había notado de ese modo.

—Tuve una pesadilla —le contó.

Manic sintió como algo tibio caía sobre su hombro y se preocupó.

—¿Scourge? —le llamó asustado.

—Soñé que había ocurrido un accidente... que te habías ido de mi lado y me dejabas solo —la voz del chico se quebraba tan sutilmente— cuando desperté y no te vi, temí por lo peor... parecía tan real.

Manic entonces comprendió aquel abrazo. Cerró los ojos mientras también le correspondía.

—No ha pasado nada. Estoy bien corazón —le habló con palabras suaves—. No llores por favor —le susurró acariciando sus púas—. Sabes que no podría dejarte solo.

Scourge le fue soltando poco a poco, sus ojos delataban el miedo que sentía y las lágrimas que caían.

—Solo fue un mal sueño —le habló Manic acariciándole la mejilla y limpiándole las lágrimas—. Ven, te prepararé algo para que te tranquilices.

Le tomó suavemente de la mano para ir a la cocina y prepararle algo para beber. Para él era difícil ver de ese modo a Scourge y menos, cuando se ponía muy mal emocionalmente.

Le preparó té, se sentó a su lado; le dio muchos besos y abrazos para alejar de él aquellos pensamientos que lo deprimían. Ahora sabía que debía hacer siempre para que su querido pudiera olvidar ese mal sueño.