Capitulo 55

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—¿Recuerdas la última vez que estuvimos aquí juntos? —preguntó Evelyn con

delicadeza, mirando a un sonriente Hansel mientras ambos estaban sentados el

uno al lado del otro el sexto día de la visita de la joven a sus padres.

Seis días habían obrado un milagro en ella. Le quedaban menos de veinticuatro

horas antes de tener que volver a la Ciudadela Real. El miedo susurraba al fondo

de su mente, pero Evelyn intentaba no pensar en eso hasta que fuera el momento. —¿La última vez? —preguntó Hansel haciéndose el loco—. Creo que la última

vez fue cuando te salvé de estrellarte contra el suelo cuando saltaste de este

mismo peñasco hace más de un año, ¿no?

Evelyn asintió. ¡Hacía tanto tiempo! Recordaba ese día. —Es irónico que estuviera a punto de perder la vida aquella mañana, ¿no? Si no

me hubieras salvado, ahora no estaría viva y todo este drama no habría sucedido.

Todo el mundo habría seguido con su vida como si nada.

Apoyó la cabeza entre las manos y los codos sobre las rodillas al recordar el año

anterior, desde que Atticus le había ordenado vivir en el palacio real hasta ese

momento, sentada con Hansel viendo la puesta de sol desde el mismo peñasco en

el que la había salvado de la muerte. Las cosas habían cambiado drásticamente,

por decir poco. Y, sí, le habría gustado cambiar muchas de las cosas que habían

pasado, pero no podía.

De nuevo se dio cuenta de que no tenía poder sobre su propia vida; parecía que

ésta estaba fuera de control. —Agradezco a las estrellas cada día que esa mañana escogiera esta ruta y te

oyese llorar. No sé qué habría sido del mundo si no llego a aparecer —respondió

Hansel apartando la cara de la luz del sol que lo cegaba.

«¿Cómo sería el mundo sin mí?», se preguntó Evelyn.

«Tendrías que haber visto el futuro del mundo que yo vi si eso sucediera. Si

crees que es un monarca cruel ahora, tras tu muerte...». Las palabras de Venecia

retumbaban en su cabeza, y la joven empezó a plantearse si finalmente ella sería

tan importante como intentaban hacerle ver Venecia y Hansel.

Ella creía que no era más que una chica normal, miembro de una familia

humana, no había nada especial en su sangre. Tenía mucha suerte de tener la

vida que tenía, pero eso era todo. No tenía ningún talento especial. Se había

preguntado a menudo qué era lo que Atticus veía en ella, pero ahora esa

pregunta ya tenía respuesta.

Su alma. —¿Has disfrutado de la estancia con tu familia? —le preguntó Hansel con una

sonrisa. Temeroso, le tomó la mano en un gesto cariñoso—. ¿Ha sido todo como

esperabas?

Evelyn no respondió al principio.

Durante unos momentos, se quedó contemplando el sol que se ponía, con la

mano en la de él, devolviéndole el gesto afectuoso. —No lo sé. Llevaba tanto tiempo fuera que en lo único en lo que podía pensar

Un amor oscuro y peligroso- Almas MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora