Capitulo 45

1.9K 124 20
                                    

Hileras infinitas de altos árboles de aspecto tenebroso emergían del suelo

mohoso del bosque como si fueran esqueletos. Olía a humedad, y la fría brisa de

la mañana azotaba el rostro de Evelyn mientras deambulaba sola entre la

espesura buscando una salida.

—¡Ethan! —gritó desesperada porque alguien, quien fuera, la oyera—. ¡Ethan!

El corazón le latía con fuerza en el pecho y el miedo recorría todo su cuerpo al

gritar el nombre de su amado esperando recibir algún tipo de respuesta. Pero

todo cuanto recibía a cambio era el sonido de sus pisadas sobre las hojas secas,

el ruido del viento al mecer las ramas de los árboles y lo que parecía un extraño

murmullo.

Evelyn no estaba sola en el bosque.

—¿Hola? —dijo como una tonta, pero nadie respondió—. ¿Hola? —insistió sin

éxito.

No hacía falta ser muy listo para entender que una chica sola en un bosque

oscuro, rodeada de árboles centenarios y perseguida por un extraño e insistente

susurro, no podía acabar bien, así que echó a correr tan rápido como se lo

permitieron sus piernas.

Su destino no estaba claro, únicamente sabía que debía intentar por todos los

medios salir de ese bosque, escapar de quien fuera que la estuviera

persiguiendo. Sin embargo, no importaba lo rápido que avanzara o cuántas

veces cambiara de dirección: los susurros la seguían igualmente. De hecho,

cuanto más corría, más alto se oían, hasta el punto de que por fin logró

entender lo que decían.

«Has incumplido el contrato...», decía una voz, a lo que otra añadía: «Debes ser

castigada...». «Serás el fin de la raza humana...». «Vuelve y enfréntate a las

consecuencias de tus actos...». «Lo has traicionado...».

Evelyn corrió más deprisa todavía, con las piernas moviéndose a máxima

potencia y las mejillas inundadas de lágrimas mientras un millón de voces

resonaban en sus oídos, perforando su conciencia como la afilada hoja de una

navaja.

—¡Basta, por favor! —suplicó—. ¡Basta!

«Prepárate para ser castigada...». «Despídete de todo cuanto amas...». «Nunca

podrás librarte de él...». «Lo peor aún está por llegar...».

El pie de la chica resbaló sobre las hojas húmedas que cubrían el suelo del

bosque. Cayó sobre el barro y una mano se le enredó en un rosal. Las espinas

perforaron su piel y de la palma empezó a brotarle un fino hilo de sangre.

Una.

Dos.

Tres.

Tres gotas de sangre cayeron al suelo.

—¿Tanto me odias? —le susurró al oído una voz familiar, una voz que había

Un amor oscuro y peligroso- Almas MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora