Capitulo 68

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—Y, así, sin saberlo y sin haber tenido intención de hacerlo, los Ancianos

ayudaron a crear las criaturas más mortíferas de la historia. Increíble, ¿no?

Durante toda mi vida y la de los otros miembros de los Siete, siempre habíamos

oído a los grandes y poderosos Ancianos predicar el respeto por la naturaleza.

Decían que había que evitar abusar de la magia y los elementos sagrados para no

cambiar el curso del destino porque, en ocasiones, una reacción en cadena podía

conllevar más cosas negativas que positivas. Qué ironía... Ellos mismos

ignoraron la teoría que predicaban.

»Si no nos hubieran maldecido, si no hubieran intentado apagar el fuego con

fuego y nos hubieran dejado que nos quedáramos en el estado que habíamos

adquirido, todo habría sido muy distinto. A lo mejor yo no estaría aquí, a lo

mejor la raza vampírica tal como la conocemos no existiría. Por supuesto, si ése

hubiera sido el caso, a lo mejor el mundo habría acabado a manos de la raza

humana hace mucho. Ustedes, los hombres, con sus armas nucleares, con su

insaciable deseo de obtener más poder y más dinero, con su sobreexplotación de

los recursos de la Tierra, un planeta que comparten con multitud de otras

especies... Este planeta sería una gran tierra baldía si no hubiera intervenido

cuando lo hice.

Atticus dejó de hablar y miró a Evelyn para ver su reacción. Esperaba que le

hiciera algún comentario, que se quejara al oírlo hablar así de su civilización y lo

insultara a su vez por la clase de monstruos que había ayudado a crear. Pero no

dijo nada.

Eso lo entristeció. Habría preferido sus típicos comentarios insolentes antes que

aquel silencio, el vacío y el odio intangible que lo acompañaban.

Parte de él quería abrazarla y pedirle disculpas por su vulgar comportamiento,

pero otra parte sabía que no había ninguna palabra en los veinte idiomas que

hablaba con fluidez que pudiera compensarla por lo que había hecho. Se odiaba

por haber perdido el control de nuevo y haber dejado que la Oscuridad invadiera

su cuerpo y se apoderara del de Evelyn.

La quería tanto... Quizá incluso demasiado. Las emociones que sentía cuando la

tenía cerca eran indescriptibles.

En el fondo, sabía que su amor por ella no era sano. Era demasiado oscuro,

demasiado peligroso, casi rayano en la obsesión.

Nada lo torturaba más que saber que ella lo odiaba, y que las oportunidades de

que ella lo quisiera, si es que las había tenido alguna vez, se habían desvanecido.

Con el corazón en un puño, Atticus prosiguió con su historia. —Al principio, Venecia creyó que sería posible controlar la Oscuridad y la

Un amor oscuro y peligroso- Almas MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora