A Evelyn se le heló la sangre al oír la pregunta formulada por una voz
desconocida. Toda clase de posibilidades terribles pasaron por su mente: ¿y si
era uno de los guardias? ¿Y si habían descubierto su huida? ¿Matarían a Ethan?
¿Qué pasaría con Alice?
Tragó saliva, nerviosa, y besó al chico una última vez antes de separarse
vacilante de él, consciente de que quizá sería la última vez que lo viera. Se
dispuso a mirar al hombre que había hecho la pregunta.
Pelo rubio, piel blanca como la porcelana, ojos de un azul intenso y cejas que le
recordaron a dos orugas albinas.
Agarró con fuerza la mano de Ethan y casi al instante lo empujó detrás de ella
como si quisiera usar su cuerpo como escudo, en guardia por si el desconocido
se decidía a atacar.
«No se atreverá a hacerme daño a mí —se dijo—. Atticus no permitiría que me
hiera, preferiría que me capturara con vida.»
Al darse cuenta de las intenciones de Evelyn, el hombre rubio sonrió. —Tenías razón con eso de que te quiere. —Y chasqueó la lengua jocoso mirando
a Ethan.
Éste hizo una mueca divertida ante lo protectora que se mostraba Evelyn. Lo
llenaba de alegría saber que estaría dispuesta a ponerse en peligro para
asegurarse de que a él no le pasaba nada. Pero también lo preocupaba y lo
apenaba, porque el amor incondicional que sentía por él la había llevado a firmar
aquel estúpido contrato con Atticus, y se odiaba a sí mismo por ello.
Que Evelyn se hubiera sacrificado para protegerlo... No quería seguir viviendo
en esas circunstancias, escondiéndose detrás de su chica por culpa del otro
hombre que estaba enamorado de ella. Quería ser él quien la protegiera, no
Atticus.
Aun así, le plantó un beso en la mejilla. —Relájate, cariño. Éste es Aaran, mi primo, no nos va a hacer daño. —Y, si lo hace, no se lo perdonaré nunca —dijo otra voz, esta vez femenina. Una
voz que hizo que a Evelyn le diera un vuelco el corazón. —¿Alice?
Dejó escapar un grito ahogado al ver a su prima salir de detrás del robusto
Aaran. Ethan y él se sonrieron. —¡Pensaba que no volvería a verte! —exclamó Alice corriendo a abrazar a su
prima. —¡Ni yo! ¿Por qué huiste cuando viste que nos estaban atacando? Estás
esperando un bebé, deberías haber vuelto a mi habitación enseguida, ¡era muy
peligroso quedarse ahí afuera! —Ya lo sé, y siento haberte preocupado, pero tenía que arriesgarme. —Alice se
apartó de ella y desvió su atención hacia el hombre que la miraba como si fuera
la mujer más bella del mundo—. Corrí porque sabía que él estaría aquí, y no sólo
lo hice por mí, sino también por mi hijo. Tengo que abandonar la Nación
Vampírica, no puedo dejar que mi niño crezca en un lugar así, sin tener ningún
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Un amor oscuro y peligroso- Almas Mortales
Novela JuvenilLa Tierra, año 2438. El mundo ha cambiado y ahora los vampiros dominan a los hombres. El poder está en manos del Rey, un monstruo despiadado, cruel y el vampiro más anciano y poderoso de todos. Alto y de bellos ojos verdes, es incapaz de mostrar amo...