Capitulo 31

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—¿Puedo hablar contigo fuera un minuto?

Hansel asintió y Jonah giró sobre sus talones con rapidez para dirigirse hacia la

puerta, no sin antes echarle una mirada al lord de pelo rizado para que lo

siguiera. Éste fue tras él de inmediato, aunque Evelyn notó que lo hacía con

cierta reticencia.

Antes de irse, Hansel le dedicó a la muchacha una amable sonrisa, casi angelical,

que pretendía ser a la vez de disculpa y de confirmación de que todo iría bien. Al

instante, ella entendió su significado: era una despedida, como si Hansel supiera

que no volverían a verse.

Apartó los ojos de él y se fijó en Jonah, que con la cabeza ladeada observaba

disimuladamente la despedida de ambos. «¿Puedo hablar contigo fuera un

minuto?». La voz de Jonah retumbaba en los oídos de Evelyn, y en ella pudo

discernir una nota de autoridad y de furia.

No sabía qué estaba pasando, pero la expresión amenazadora con la que Jonah

los había mirado —la que usaba siempre con ella pero que nunca le había visto

utilizar con Hansel: a él siempre lo miraba con respeto e incluso con adoración — le hizo intuir que algo no iba bien. Además, Hansel se había comportado de

una forma muy rara con ella esa mañana. Cuando Jonah había entrado en la

habitación, se había apartado de ella como si los hubiera atrapado en una actitud

comprometedora. Incluso había visto cómo le temblaban las manos. —No puedes llevártelo —se atrevió a decir en voz alta justo cuando Hansel salía

de la habitación. Intentó que su voz sonara fuerte y autoritaria, como sonaba

siempre la de Atticus, pero no lo consiguió. Sonó débil, quebradiza, como la de

una niña aterrorizada; lo que era en realidad, al menos ante Jonah. —Y ¿por qué no? —oyó que contestaba el vampiro en un tono brusco y frío que

hizo que se le helara la sangre.

Le pareció que se estaba burlando de ella, y aunque no podía verle la cara, sabía

que estaría haciendo una mueca de desdén al pensar en lo estúpida que era por

intentar evitar que hiciera lo que quisiera. —Estábamos hablando, ¿tu madre nunca te dijo que no se puede interrumpir a

dos personas cuando están hablando? —replicó Evelyn, esta vez algo más alto,

pero pareciendo aún una niña indefensa. No había el menor atisbo de autoridad

en su voz, nada que recordara a la de Atticus. Aun así, estaba muy orgullosa de

sí misma por haberse atrevido a plantarle cara a Jonah y no permitirle ningunear

a Hansel impunemente—. Es de mala educación.

En lo poco que llevaba en la Ciudadela Real, nunca había hablado con Jonah. Él

sólo era un guardia de alto rango que se aseguraba de que ella estuviera bien,

además de ser amigo del rey. Siempre la miraba como si fuera basura, una rata.

Un amor oscuro y peligroso- Almas MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora