𝘾𝙄𝙂𝘼𝙍𝙀𝙏𝙏𝙀 𝘿𝘼𝙔𝘿𝙍𝙀𝘼𝙈𝙎- [𝗛𝗮𝗻𝗺𝗮 𝗦𝗵𝘂𝗷𝗶]

𝓔𝓵 𝓬𝓪𝓶𝓲𝓷𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓸𝓷𝓺𝓾𝓲𝓼𝓽𝓪𝓭𝓸𝓻

Advertencias: Lengua vulgar, violencia.

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Pese a ser miércoles, Keiichi visito a Saori. Fue una sorpresa llegar de la escuela y verle en casa.

—Llegaste temprano— dijo poniendo una caja frente a el.

—Siempre llegó a esta hora— aclaró dejando su mochila en el suelo

—Te traje algo— le pasó la caja con cierta emoción apenas la jóven tomo asiento.

Saori la abrió, de inmediato la volvió a tapar y la regreso al más alto.

—Vamos, no seas aguafiestas y acepta mi regalo— habló Keiichi con las mejillas infladas.

—No puedo, parece una cámara costosa y todavía no es mi cumpleaños.

—Tomalo como un regalo por descuidarte últimamente— contestó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Mi hermano es tan raro— dijo el voz alta y con un tono de resignación ofendiendo al mayor.

—Hace un año dijiste que te gustaría conservar cada momento— su voz era melancólica —Ahora puedes hacerlo.

Saori lo miró con sorpresa, no esperaba una respuesta tan contundente de su hermano y solo pudo aceptarla. Lo primero a lo que le tomo foto fue a su hermano, quién le recriminó por quedar cegado con el flash.

De inmediato salió la polaroid, que no tardó mucho en revelarse. Era extraño que el pasará tanto tiempo con ella, casi siempre estaba ocupado.

—Debo hablarte sobre algo— Keiichi sostuvo sus manos con amabilidad, mientras la más baja le observaba con atención —Sayuri estuvo un poco enferma hace unos días, tenía mareos y vomito— fué interrumpido por la azabache.

—¿Esta mejor?— pregunto angustiada, Sayuri le agradaba desde que salía con su hermano.

—Esta embarazada— soltó esperando una reacción un tanto celosa.

—Dios, es una excelente noticia— contesto la más baja —Serás padre Keiichi— terminó de hablar para abrazarle.

Después de hablarle de algunos detalles, los dos hermanos se tuvieron que despedir. Ella sabía que su hermano cuidaría bien a su hijo, como en su momento lo hizo con ella.

El de verdad seguía avanzando, y si quería seguir con el sin ser una carga debía hacerlo también.

—Debo terminar mi tarea— comentó para si misma para no sentir la soledad en esa casa vacía.