𝘾𝙄𝙂𝘼𝙍𝙀𝙏𝙏𝙀 𝘿𝘼𝙔𝘿𝙍𝙀𝘼𝙈𝙎- [𝗛𝗮𝗻𝗺𝗮 𝗦𝗵𝘂𝗷𝗶]

𝓔𝓷 𝓸𝓽𝓻𝓪 𝓿𝓲𝓭𝓪 (III)

Advertencia: Final alternativo

~22 de febrero~
~10:40 pm~

Keiichi llegó tarde a casa, se había quedado tratando de quitarle una caja de cigarrillos a Hanma, en el proceso terminó con la pierna lastimada.

Apenas iba a recostarse cuando recibió una llamada, era de su jefe. Al parecer Hanma no le contó todo lo que tenían planeado, ocurrió una tragedia en Kanto. Al llegar a el baldío dónde a dió el enfrentamiento Keiichi hablo con los forenses. En total 4 heridos, dos de gravedad y un detenido.

—Llamamos a sus padres— señaló al rubio quien estaba esposado.

—Yo lo llevaré a la estación— Dejó su auto aparcado en dónde no impidiera el paso, volvería por el después, y subió en la patrulla donde estaba el de gafas.

Durante el camino ninguno dijo nada, Keiichi escucho pequeños quejidos del menor, quien repetía que no había terminado. Cuando tuvo la oportunidad fué a donde estaba Hanma. Eran aproximadamente las 5:30 de la mañana.

—¿Guardas secretos aún en tu posición?— el más alto lo vió desde abajo.

—No era un secreto si olvidé contartelo.

—No tienes ni un poco de empatía— esperaba una reacción más extrema, pero solo obtuvo un movimiento de cabeza a modo de negación.

—Solo querías salvar a la niña ¿verdad?.

—Ella no me lo hubiera perdonado— sus ojos se veía oscuros, a sus 18 años había pasado por tanto.

Keiichi suspiró frustrado —Yo no estaría tan seguro, Saori a veces es ruda— avanzo hasta la puerta para después abrirla —Ya puedes irte, y no seas tan raro con mi hermana, o te golpearé hasta que llores como nena.

Hanma salió de la habitación, afuera le dieron su celular y otra pertenencias que llevaba. Fué contactado por otro peón de Kisaki, este le aviso de su arresto, esto preocupo al más alto, pero al no tener como verlo, busco a Saori.

La menor tenía que ir a la escuela, por lo que Shuji la vería en el metro para llevarla.

—Arrestaron a Kisaki— comentó con cierta indiferencia al bajar del vagón.

—Lo siento mucho— se acercó dándole un abrazo.

—No importa, creo— una pequeña mano lo guió hasta una banca para sentarlo.

—No tienes que esforzarte— Saori acariciaba su cara con delicadeza —Es tu amigo, es normal que duela.

—No está muerto— una sonrisa boba apareció en su rostro.