El grupo de amigos estaba en casa de Teruhashi pasando el rato, más que nada porque prometió dar chocolates y Saiki fue el primero en apuntarse, por lo que automáticamente Kaido se apuntó también.
-Mi hermano siempre me regala los chocolates que le envían sus fans y sus representantes pero no puedo comerlos todos yo sola, así que tomen los que quieran -dijo con una sonrisa resplandeciente.
Habían al menos unas veinte cajas de todo tipo de chocolate, pero una en especial no gustó de muchos a excepción de Kaido.
-¿Cómo te pueden gustar Shun?, saben demasiado raros.
-Pero saben a cereza -dijo mientras seguía comiendo.
La tarde siguió normal hasta que Kaido intentó pararse para ir al baño y se tambaleó hasta caer de rodillas al suelo, preocupando a todos.
-Shun, ¿estás bien?
-Me siento un poco mareado.
"¿No será alérgico a algo que tenían los chocolates?". Preguntó Saiki preocupado.
Aren volteó la caja para ver los ingredientes y su cara mostró una rara combinación de preocupación y miedo.
-¿Qué tienen los chocolates? -preguntó Yumehara.
-Al parecer tienen un 15% de alcohol.
Todos voltearon a ver a Teruhashi y esta se ruborizó avergonzada.
-¡N-no sabía!, lo siento mucho Kaido-kun, debí revisar las cajas, te traeré algo de agua -dijo saliendo de la sala con camino a la cocina.
-No te preocupes Shun, seguro se te pasará en una hora.
Pero no fue así, durante toda la tarde Kaido se sintió aturdido y su visión se movía. Dieron las seis de la tarde y ya todos estaban fuera de casa de Teruhashi para irse.
-Llevaría a Shun a su casa pero creo que ir en una motocicleta lo hará vomitar.
"Yo puedo acompañarlo". Se ofreció Saiki sorprendiendo a sus amigos, más a Yumehara que estaba a punto de ofrecerse.
-Está bien, nos vemos mañana.
Todos se fueron por sus respectivos caminos y Saiki contempló teletransportarse a casa de su amigo, pero lo descartó porque no sabía si lo recordaría al dia siguiente, era mejor no arriesgarse.
"¿Cómo te sientes?".
-Aún mareado -dijo inclinándose hacia Saiki, haciendo que sus hombros chocaran.
-Tengo frío -susurró para sí mismo y cruzó su brazo con el del pelirosa para después abrazarlo, pegándose a el.
"Qué poca tolerancia tienes al alcohol". Dijo a pesar de saber que tienen diecisiete años y que sería más extraño si hubiera ocurrido lo opuesto.
-Saiki, ¿puedo decirte algo?
"Si".
-Siento como si pudiera decir lo que quisiera sin pensar en las consecuencias.
"Supongo que puedes".
-Sabes, fuiste la primera persona que me aceptó por completo a pesar de ser algo extraño.
"Mhm".
-Y no tengo pruebas, pero siempre que puedo librarme de problemas siento que eres tu quien me ayuda y protege.
Saiki estaba comenzando a ponerse nervioso, ¿estaba a punto de decirle que sabia de sus poderes?, no podía ser posible que lo haya descubierto.
-No encontraba el momento perfecto para decírtelo porque no quería que los demás me escucharan, pero ya que estamos los dos solos quiero decírtelo.
Ambos pararon de caminar y Kaido tomó aire antes de hablar.
"Kaido, no tienes que-".
-Me gustas Saiki.
Al escuchar eso se sintió aliviado, pero después se dio cuenta de lo que le había dicho.
"¿Por qué?".
-Creo que porque siempre me has tratado bien, y porque, ah, ya sabes, me pareces lindo...?
"Entonces, ¿quieres salir y ese tipo de cosas?".
El más bajo solo asintió con sus mejillas rojas.
"Está bien".
-¡¿E-en serio?!
Saiki solo asintió y Kaido volvió a abrazar su brazo mientras sonreía, y siguieron caminando hacia su casa.
No fue un mal dia.