Aiura habia llegado ese día anunciando a todos que por fin había descubierto cómo ver las almas gemelas de las personas, por lo que levantó la curiosidad de muchos y tenía al menos a quince personas alrededor de ella pidiéndole que le dijera quién es su alma gemela. Un tema tan popular y anhelado por muchos no iba a pasar desapercibido.
Kaido estaba esperando el momento perfecto para acercarse a la chica y pedirle ver su alma gemela, sus expectativas estaban muy altas pero no quería desilusionarse tan rápido, si no era la persona que le gusta entonces se rendiría, y si en el mejor de los casos el y la persona que le gusta de verdad estaban destinados a estar juntos, le confesaría sus sentimientos.
-Saiki-kun, ¿no quieres que vea tu alma gemela? -le preguntó Aiura poniendo su bola de cristal en el pupitre.
"No me da curiosidad saberlo".
-Haah, qué aburrido eres.
Llegó el momento en el que la chica se cansó y decidió tomar un descanso, Kaido no quiso molestarla asi que siguió en lo suyo, hasta que llegó el final del día y se fue después de todos, quedando solo el y la chica.
-Um, Aiura...
-Ah si, Ka-chan, ¿verdad?
-Si, eh, quería pedirte ver mi alma gemela, si no te molesta claro...
La chica pensó por unos segundos.
-Hmm, está bien.
Aiura sacó su bola de cristal y puso la mano de Kaido sobre ella.
-Ka-chan, la persona que quieres que aparezca te gusta, ¿o no?
-S-si, mucho -confesó sonrojándose.
Dos minutos pasaron y la chica se sonrojó al ver de quién se trataba.
Oh vaya, a Chiyopipi no le va a gustar esto.
-Tu alma gemela es...Saiki.
Kaido al escuchar esas palabras sintió ganas de llorar y reír a la vez, sus emociones eran un caos en ese momento, ¿habia escuchado bien?, Saiki y el estaban destinados a estar juntos .
-G-gracias Aiura, me voy -agradeció para después irse corriendo del salón de clases, con suerte se encontraría a su amigo en la calle.
Al no ser del tipo que hace mucho ejercicio, le costó mantener un ritmo hasta encontrarlo a punto de entrar a una tienda de conveniencia.
-¡S-saiki! -gritó, haciendo que no solo es volteara sino también los demás alrededor.
El pelirosa ya sabía lo que iba a decirle, pensó en intentar detenerlo y hacer que nunca se enterara del hecho de que están hechos el uno para el otro, pero pensó que sería egoísta de su parte, además de que la compañía del más bajo no le molestaba como la de los demás.
"¿Qué pasa?".
-¿Quieres salir conmigo? -preguntó con sus mejillas rojas.
Fingió pensarlo por un momento.
"Está bien". Dijo para después entrar a la tienda con Kaido detrás de el, ambos con una sonrisa en sus rostros.