Saiki despertó con la sorpresa de que su visión de rayos x había desaparecido, por lo que era su primera vez viendo a las personas a su alrededor como eran físicamente en lugar de solo ver esqueletos parlantes, definitivamente la escuela se tornaría interesante.
Al llegar sus amigos notaron que definitivamente estaba extraño, pues cada que un alumno entraba al salón de clases el chico se tomaba al menos diez segundos para observar con atención cada parte de su físico, lo dejaron pasar porque no sabían cómo sacar el tema.
Hasta que llegó Kaido.
Nunca me imaginé a Kaido así. Pensó sin despegar la vista del chico.
-H-hola Saiki -titubeó sin verlo a los ojos.
El pelirosado simplemente hizo una seña con la mano, aún examinando su rostro, haciendo que Kaido se pusiera aún más nervioso.
-S-sabes, una cafetería nueva abrió el otro día, dicen que es buena.
Dio en el blanco, en tan solo dos segundos la mirada serena de Saiki pasó a ojos llenos de interés, incluso se inclinó hacia donde estaba sentado para escucharlo mejor.
Saiki está demasiado cerca y sigue viéndome, oh dios, ¿qué hago?
"¿Me llevarías después de la escuela?", dijo sabiendo que le diría que si.
Kaido asintió repetidas veces sonriendo.
-¡Claro Saiki!, quiero probar el pastel, además me gusta pasar tiempo cont...
¡Diablos!, no tenia que decir eso, Saiki pensará que soy raro.
"Supongo que me siento igual".
-¿De verdad? -preguntó con obvia esperanza en sus palabras, pero también alzando su vista de los pupitres, conectando miradas por primera vez.
Nunca hacía contacto visual con nadie, era algo que lo ponía demasiado ansioso, pero tratándose de Saiki había algo que lo calmaba, ¿sus ojos siempre habían sido así de hermosos?, además de que el chico lo estaba viendo de regreso como si nunca lo hubiera visto antes, con cierta perspicacia y curiosidad.
Ojalá pudiera ver a Saiki sin sus lentes, seguro sería igual de lindo.
Aquel pensamiento sorprendió al psíquico, nada nunca hacia que se sobresaltara, pero eso por alguna razón hizo que casi apartara la mirada, ¿qué estaba pasando?
Ahora parecía una batalla, ninguno de los dos parecía tener la intención de apartar sus ojos del otro, sus amigos incluso se dieron cuenta de aquella pequeña escena que estaba ocurriendo pero no dijeron nada.
Quisiera dejar de verlo pero me siento hipnotizado, diablos Saiki, nunca había notado lo atractivo que eres, ojalá yo tuviera esa ventaja.
Eso fue su perdición, el pelirosado sonrió levemente al escuchar la tierna forma en la que lo había maldecido, haciendo que Kaido se sonrojara y apartara la mirada inmediatamente con su corazón latiendo rápidamente.
"Kaido".
-¿S-si? -dijo mientras veía su pupitre intentando esconder su sonrojo intenso.
"Vamos a esa cafetería, solo nosotros dos".