SYNOPSIS

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|SINOPSIS|


Severus Snape tiene una vida secreta, una vida que para muchos es demasiado alejada de la realidad pues nadie puede creer que él, el murciélago de las mazmorras pueda estar casado y no con cualquier bruja sino con la mismísima ______ Selwyn, la mejor bruja de magia antigua, creadora de diversos libros sobre la magia antigua y ancestral de diversas civilizaciones pérdidas para la antigüedad.

Muchos suponen que "El murciélago de las mazmorras" es una persona amargada y resentida con la vida, y puede que, si lo sea, pero no siempre o por lo menos no con todas las personas y un claro ejemplo es su esposa, aunque no siempre fue así, pues su matrimonio no se dio de la mejor forma, sino como una imposición dada por Lord Voldemort a su más fiel Mortifago.

Aunque ser la esposa del más temido de los maestros de Hogwarts no es nada fácil, pues no solo tienes que poner en juego su estabilidad socioemocional, sino hasta la racionalidad que no hace mucho gobernaba su vida y es que ¿Cómo luchas con un recuerdo de una persona muerta?, más sin embargo esto no es imposible para la mejor hechicera de Castelobruxo.

Al final nos podemos encontrar con muchas sorpresas o con la realidad que no queremos aceptar pero que está allí tan ciertamente como que la fórmula del agua es H2o.

Aunque para ___ Selwyn la vida da un giro inesperado cuando decide desistir de hacer funcionar su matrimonio, así que se divertirá mucho molestando a su amargado esposo.

Lo hartara hasta que le de una de las dos cosas que ella se propuso:
                                1) Se divorcia.
                                2) Hace funcionar su matrimonio.
...

-      ¡Solo nos casamos porque era un requisito para ser un Mortifago!  – grito Snape - ¡No te tomes atribuciones que no tienes!

-      Tal vez, esto – nos apunte – Es toda una obligación, sí, pero eso no significa que me voy a estar aguantando tus malos tratos – le contra ataque – Además, si tanto te molesto ¿Porque me detienes ahora que me quiero ir?

-      ¡Porque eres mi esposa y no me puedes abandonar! – argumento él aun enojado.

-      ¡Ay, por favor! – me burle, es que esto no es más que un estúpido chantaje.

-       No voy a permitir que la sociedad mágica, me señale como un hombre abandonado – comento ya más calmado, sentándose en su sillón preferido.

-      Esa no es excusa, con los dedos de ambas manos puedo contar a las personas que saben de este matrimonio – me burlo, sentada frente a él.

Esta discusión era el pan de cada día, aunque únicamente se daba cuando él estaba en casa que por lo general era en vacaciones, como odiaba las vacaciones de Hogwarts, además ¿Por qué Dumbledore no lo deja haciendo yo que se tarea o reparaciones al colegio?, aunque también aprovechaba esto para salir eh investigar para mi próximo libro.

...

-       ¿Qué demonios llevas puesto? – pregunto el gruñón de mi esposo.

-       Un camisón, ¿Acaso nunca habías visto uno? – me burle - ¡Oh es la primera vez que ves a una mujer con uno? – Me volví a burlar, mientras hacía poses extrañas para molestarlo.

-       Uhmm – gruño él - ¿Así piensas dormir? – me cuestiono.

-       Pues sí, siempre duermo desnuda – me sigo burlando – Pero bueno, si no te molesta me lo quito – sugiero burlándome de igual forma, pues ahora no se que le pico que quiere dormir en "nuestro cuarto" si siempre que regresaba a casa dormía en otra habitación.

-       ¡Eres una insensata!, ¿Qué pasara si alguien entra a la casa y te ve así? – pregunto enojado, cerrando con magia las cortinas de la habitación, ¡Ay por favor estamos en un segundo piso!

-       Quien quita y viene mi príncipe azul y me rescata de esta prisión – me burlo – Además si te incomoda pon una cama en la otra habitación y vete a dormir, así como siempre lo has hecho – le sugiero.

-       Lo que tú quieres es que Lestrange venga por ti, ¿O me equivoco? – yo solo elevo mis hombros quitándole importancia, ya estaba cansada así que no quería pelear más – Pero eso no va a pasar, porque tú – me apunta – Eres mi esposa, mi mujer – gruñe para después tomarme fuertemente de los brazos y arrojarme sobre la cama, que jamás habíamos usado juntos para algo más que dormir.

-       ¿Qué estás haciendo, Severus? – le pregunto, un poco atemorizada, pues siempre me burlo de él y no pasaba nada.

-       Lo que debí hacer hace mucho, hoy mi amada esposa conocerás a tu esposo como nadie lo ha hecho – comento para después engullirse en mi boca dejándome sin aliento.

-       Estás loco – articulaba entre gemidos, pues nos rozábamos de forma bastante placentera.

MI MUJER - SEVERUS SNAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora