THE CALM BEFORE THE STORM

2K 142 30
                                    

Capítulo XXIV


|LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA|


El tiempo pasó de una forma bastante agradable, llenándome de gozo en el proceso, ya que puede desarrollarme como docente en Hogwarts en diversas materias en las cuales fui titular, más sin embargo cuando mis pequeños murciélagos cumplieron los cuatro años de edad, dejé de ejercer la docencia para dedicarme a lo que más me apasionaba que era la investigación de magia antigua.

Así que con una gran despedida dejé Hogwarts y me concentré en mi familia, Severus siguió dando clases creándose con el tiempo su gran imagen del "Murciélago de las Mazmorras"; siempre que había oportunidad venía a dormir a casa y en vacaciones acudíamos con su madre a Escocia. En mi tiempo libre o por lo menos dos veces por mes, me encargaba de supervisar que el pequeño Harry Potter estuviera bien, bueno dentro de lo que cabía y que sus tíos lo permitieran.

En ocasiones me gustaría poder intervenir y propinarles una buena golpiza a sus tíos, pero sabía que debía mantenerme al margen, si quería lograr mi propósito. Aunque eh de admitir que no siempre me abstenía de intervenir con un poco de magia y a la distancia, logrando así alegrar un poco el día al pequeño de ahora 9 años, sabía muy bien que dentro de dos años todo comenzaría, la profecía del niño que vivió, se tendría que cumplir y no porque existiera la profecía.

Sino por las ideas retorcidas de Santa Clause, ese viejillo quisquilloso y sus retorcidos planes, donde el único que saldría perdiendo sería mi esposo y con él mi familia; mas sin embargo yo estaba dispuesta a todo para que mi esposo no se viera involucrado competente, aun cuando tuviera que dar mi propia vida, para lograrlo. Por lo cual estaba preparada para todo, buscaba aliados y lugares seguros para mi familia y sobre todo buscaba magia poderosa de la cual alimentarme y aprender a dominarla, de esta forma apoyar en la lucha contra Voldemort en caso de emergencia o de que fuera necesario.

- ¡Mamá! - gritaron de la primera planta de la casa.

- ¿Qué pasa? - cuestione bajando.

- Papá llego - anuncio Junior, que llevaba en manos un vaso de agua en dirección a la sala - Y viene de buen humor - dijo mi hijo con recelo, sin duda el más apreciado a su padre.

- Eso es raro - comenté, pues Severus nunca regresaba de buen humor de Hogwarts, no por lo menor el primer día, pues siempre y en cada siclo escolar había algo de lo que quejarse.

- ¡Papá! - gritó el más pequeño de los trillizos corriendo a los brazos de su padre, quien lo recibió gustoso en ellos, me encantaba este hombre, al que no le importaba demostrar afecto a sus hijos y en ocasiones a mí, todo en el núcleo familiar.

- Hola papá - saludo Sebastiaan llegando y poniéndose a mi lado - ¿Cómo estás?

- ¿No piensas venir? - cuestionó mi esposo, ya que en sus brazos estaban sus dos hermanos sólo faltaba él, quien además se lo pensó para ir, por lo que le empuje despacio para que fuera - ¿Qué estaban haciendo? - pregunto al ver sus manos un poco sucias.

- Puede que hayamos inventado una poción nueva - contesto Sebastiaan sonriendo con inocencia, dándome vistazos intentando parecer lindo, pues los tres tiene prohibido bajar al laboratorio de su padre sin la compañía de un adulto - Oh solo arruinamos una.

- Esta vez lo dejaré pasar porque su padre está aquí - dije al ver la mirada de reproche que le dieron sus dos hermanos, ya que los había delatado, siempre pasaba alguno decía la verdad.

MI MUJER - SEVERUS SNAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora