SEXUAL RELEASE

2.4K 153 12
                                    

Capítulo XXIII


|LIBERACIÓN SEXUAL|

Sabia bastante bien que en cualquier momento Severus se daría cuenta de mis perforaciones, eh incluso llegue a pensar que no me daría tiempo de explicarle, aunque eso es más excitante voy a admitirlo, hubiera deseado que en uno de sus arranques me abriera la camisa y dejara al descubierto mis pechos perforados, pero a contrario sensu, solo dejo en mis manos la decisión de decirle o no.

Al caer por completo la noche, me dispuse a hacer mi rutina para dormir no sin antes verificar que los pequeños estuvieran por completo dormidos. Era momento de que Troya ardiera, bueno eso solo esperando que la reacción de Severus fuera mala, pero ¿En qué carajos estoy pensando?, al final de cuantas ya no había vuelta atrás; por lo que saliendo del baño con solo mi bata cubriendo pro completo mi cuerpo, me paré frente a la cama donde yacía mi esposo leyendo un libro.

Dándome por completo su atención, Severus coloco el separador de libros en la página donde se quedó, además de que dicho separador consistía en una foto familiar que había colocado en forma de separador, su favorito eh de aclarar. El libro reposaba en sus piernas, mientras esperaba que dijera algo o hiciera algo, pero yo aún estaba indecisa, pero pues "El que le tenga miedo a la muerte, que no nazca" así que, pronunciado mentalmente el mantra, desate la bata y la deje caer al suelo.

La mirada de mi esposo se encontraba directamente a la mía, hasta que una sonrisa perversa se formó en su rostro por lo que me puse más nerviosa, su vista bajo a mis pechos, adornados por los aretes que había comprado; soy sincera, espere todo tipo de reacción por su parte, mas nunca lo que hizo.

¡El muy maldito se está riendo!, se dejó caer a su costado izquierdo mientras se reía y no era una risa delicada, el muy hijo de su madre se estaba burlando, por lo que solo resople de frustración.

- ¡Idiota! - le insulte recogiendo mi bata del suelo y arrojándosela en dirección a su cara.

- Lo siento mujer - dijo, pero seguía riendo - Es que no puedo, no puedo parar de reír - el muy tonto incluso comenzó a sostener su sostener su estómago con sus manos.

- ¡Vete al diablo! - dije también riéndome por su risa, pero más enojada que nunca, aunque la verdad me sentía más indignada que nada.

- Pero, me encantan, las verdades me encantan - comentó poniéndose de pie y caminando hacia mí, pero enojada le di la espalda - No te enojes, solo que me estaba preparando para lo peor, no se tal vez fuiste alguna vista conyugal con Rabastan, uno nunca sabe.

- ¡Y dale con lo mismo! - me quejé - Aunque quien sabe, él no se hubiera burlado y los hubiera aprovechado - dije causando un evidente enojo en él, reacción que siempre obtenía al mencionar al "In nombrarle".

- Repite lo que dijiste - hablo él a mis espaldas, en mi oído, para después llevar sus dedos a mis senos y presionar sin cuidado mis pezones sensible - Ya te lo había dicho - volvió a presionarlos - No vuelvas a pensar en él y más vale que no me tope al imbécil que toco a mis pequeñas - respiró hondo para después seguir - Porque no quiero saber sobre el gran agasajo de ver tus pequeños pezones endurecerse.

- Fue una mujer - respondí disfrutando un poco del dolor punzante de mis pezones - Además se pusieron duros por el frío de las herramientas.

- Me importa un carajo porque haya sido - mordió mucho cuello - Ya vieron algo que solo debía ser mío - apretó mis pezones hinchados y adoloridos por la reciente perforación, sacando ahora si un quejido fuerte de dolor, se había excedido por la fuerza, Sonrió sobre mi piel sensible, al oír mi quejido - Nos vamos a divertir.

MI MUJER - SEVERUS SNAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora