Miles acababa de mudarse, tenia un trabajo perfecto y dos mejores amigos.
Es por ello que no entendía porque le estaba pasando toda esta pesadilla.
Y todo comenzó cuando encontró ese maldito muñeco.
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Cuando escuché a Miles gritando, volví corriendo hasta el ático, solo para encontrarle tirado en el piso con un extraño hombre desmayado sobre él.
Quise ayudarlo, pero no podía tocar a ninguno de los dos, y solo pude ver a Miles asustado sin poder hacer nada.
Me sentí impotente y asustado, el hombre que amo esta frente a mi y yo no puedo ayudarlo, las palabras han quedado atoradas en mi garganta y no sé qué decirle.
-Little pig mírame por favor...-
-Chris...yo...-
-respira...despacio...-
-pero...-
-mírame Little pig...todo está bien-
-pero el...-
-puedes moverlo con cuidado...-
-creo que si...yo...-
Me quité mi chaqueta e hice un rollo con ella.
-recuesta su cabeza sobre esto-
-si...-
Miles logro recostar a ese sujeto, quien no se movía ni reaccionaba ante nada de lo que pasaba.
- ¿Qué hago ahora? -
-ven...-dije estirando mis brazos, el corrió conmigo y me "abrazo", o lo más parecido que podíamos hacer.
Me frustra no poder tocar a Miles, no poder calmar sus temores.
- ¿Qué sucedió? -le pregunte, mientras miraba al sujeto en el suelo.
-La...la puerta, el apareció por ella...-
-Miles...no hay ninguna puerta-
*
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Imposible, estoy muy seguro de haberla visto, una puerta de madera con un pomo dorado, pero donde debería estar, ahora solo había madera, la pared estaba como siempre, vieja y polvorienta.
-Chris te juro que...-
-te creo, Miles confió en ti al 100%-
-Chris...-
Chris se levantó despacio, y comenzó a tocar la pared con su puño, buscando algún eco o algo que detonara que había algo detrás de la pared.
-no escucho nada, quizás este hombre sepa algo-
-entonces debemos esperar a que despierte-
¨*
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Tal y como él lo dijo, 10 de octubre hoy Blake Langermann llegara a Mount Massive.
