Después de ese maravilloso fin de semana, volvieron juntas a casa. Esa noche durmieron juntas en el ático de Daniela. No querían separarse, aunque las dos eran mujeres muy independientes y sabían que de vez en cuando cada una necesitaría su propio espacio. Pero ya lo habían hablado y las dos estaban de acuerdo en ese aspecto. Tenían claro que querían que la relación funcionara. Pasarían juntas la gran mayoría de noches pero alguna noche a la semana dormirían separadas. Además Patricia muchas noches le tocaba trabajar.
Habían quedado en hacer una cena con las amigas más cercanas en casa de Patricia el jueves de esa semana. Querían contarles a sus amigas que por fin habían dado el paso que tanto tiempo llevaban todas esperando. Seguro que sería una noche de celebración.
El martes Daniela salió de trabajar y se moría por ver a Patricia. Además no necesitaba ni cambiarse de ropa ya que llevaba un precioso y caro traje que le quedaba estupendo. Como estaba cerca del hospital, decidió pasar a verla, aunque sólo fueran cinco minutos. Patricia trabajaba de noche.
Daniela le preguntó a la de administración si podía llamar a la doctora García y ésta le dijo que sí.
Daniela estaba esperándola en la sala de espera. Esta vez estaba bastante concurrida. Pero poco le importó a la doctora que estuviera llena de gente. Cuando vio a Daniela se acercó a ella, le cogió las manos y le plantó un bonito beso en los labios, delante de todos. Daniela se quedó sin habla.
-Hola mi amor, ¿Qué haces aquí?¿Tenías ganas de verme?
-Eh... Sí...Quería verte aunque fueran cinco minutos.-Daniela estaba feliz de que Patricia no se avergonzara de lo que las dos tenían. Estaba muy orgullosa de Patricia. Era la mujer perfecta para ella.
Daniela le preguntó si tenía cinco minutos libres y Patricia le dijo que sí. Acto seguido Daniela la cogió de la mano y la sacó del edificio. Se la llevó a un sitio donde no pasaba nadie, y ahí sí se abalanzó encima de la doctora.
-Patricia...Te amo...huye del trabajo y vente a dormir conmigo...Por favor…
-Cariño, estoy loca por tus huesos y te juro que ahora mismo es lo que más me apetece hacer, pero los pacientes me esperan, guapa.
Daniela besó los suaves y húmedos labios de Patricia. Ésta acabó metiéndole la lengua a Daniela. Ya se estaban excitando las dos.
-Daniela... Cariño...No puedo ahora...tengo que irme.
-Lo sé... Doctora, sé que tiene pacientes a los que atender. Tal vez tenga que tener un accidente para que también me atienda a mí…¿No?.
-Daniela, eso no lo digas ni en broma. En el hospital como paciente no te quiero ver. Ya lo sabes. Así que aléjate del peligro. Te quiero demasiado y te quiero totalmente sana, a poder ser.
-Lo haré. Me conformo con verte en casa y tenerte toda para mí.
-Mañana nos vemos cariño. ¿Por qué no te vas a tomar algo con las chicas?
-No, estoy cansada. Pasaré a ver a Laura. Bueno preciosa, te quiero, ten buena noche y mañana nos vemos. Piensa en mí cómo voy a pensar yo en ti.
-Ya lo sabes que sí, tonta. Te quiero.
Las dos se despidieron con muchos besos y un profundo abrazo. Patricia volvió al hospital con una hermosa sonrisa de oreja a oreja y Daniela se fue cayéndosele la baba a su casa.
Llegó el jueves y la cena con todas las amigas.
Cuando llegaron todas, Ana, Laura, María, Lola y Raquel, se extrañaron de ver a Daniela ayudando con todo a Patricia. Las dos se mostraron muy cariñosas la una con la otra. Lo que no sabían era que las dos tenían una sorpresa para la otra.
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La joven stripper y la doctora. (2°Historia)
RomanceDaniela, una joven de diecinueve años estudiante de arquitectura por el día, y stripper de noche, se queda prendada de una preciosa doctora rubia de ojos azules de treinta y cuatro años, a la que conoce en un hospital una noche que la agreden al sal...