Cuando vio marcharse a Patricia con Elisa, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no echarse a llorar o pedirle a Patricia que se quedara con ella y no se fuera con la cirujana. Pero sabía que Patricia tenía todo el derecho a rehacer su vida. Fue ella la que se marchó sin despedirse de la doctora. Y sabía, gracias a Laura, que ésta lo había pasado muy mal. Ahora solo le quedaba resignarse por mucho que le doliera y la hiciera trizas. Patricia tenía derecho a ser feliz, y si no era con ella, podría ser con otra mujer perfectamente.
Daniela les dijo a todos que el vino le había sentado mal y que lo sentía mucho pero que necesitaba descansar. Así que se despidió de todos no sin antes darles las gracias por haber ido a su cena de bienvenida.
Ana también se despidió de todos y quiso acompañarla a su casa. Quería hablar con ella porque sabía perfectamente que el haber visto a Patricia con la cirujana le habría roto el corazón.
Laura se despidió de Daniela y le pareció muy bien que Ana la acompañara a su casa. También sabía porqué se iba Daniela apresuradamente de su propia fiesta.
Nada más entrar en su ático, Daniela comenzó a llorar desconsoladamente. Ana la abrazó con fuerza.
-Tranquila Dani...Estoy aquí contigo…
-Gracias Ana. La he cagado, Patricia nunca me perdonará haberme ido como me fui.
-Dani...Eso no lo sabes. Yo veo como os miráis y hay mucha luz y amor en esas miradas. Cuando ha venido Elisa, he visto a Patricia tensarse. Debía estar muy a gusto contigo teniéndote a tu lado.
-Si tú supieras…-Dijo acordándose de lo que habían hecho las dos debajo de la mesa.
-¿Qué?¿Qué quieres decir con eso?
-Nada, Ana. Perdona. Sólo sé que Patricia no es la misma de hace tres años.
-Claro que no. Pero tú tampoco lo eres. Tú has cambiado mucho también. Estás hecha una mujer preciosa y madura.
-Gracias Ana. Tú que me ves con buenos ojos.
-Para nada. Es verdad lo que he dicho.
-Ana…¿Te quedarías a dormir conmigo?
-Cuenta con ello. ¿Pero en la misma cama?
-Siiii...Te necesito cerca, por favor.
-Está bien. Pero lejos una de la otra, a ver si me vas a hacer dudar de mi heterosexualidad…
-¡Qué más quisieras!
Estuvieron las dos hablando un buen rato más hasta que se quedaron dormidas una pegada a la otra.
Mientras Patricia y Elisa fueron a tomar una copa por ahí. Pasaron las dos un rato agradable, pero Patricia tenía en la cabeza a Daniela y en cómo la había dejado en la cena.
Elisa quiso invitar a Patricia a acabar la noche en su casa, pero ésta declinó la oferta alegando que estaba muy cansada y necesitaba dormir y descansar. Sabía perfectamente que de irse con Elisa estarían toda la noche manteniendo sexo, y después de lo que había hecho Daniela con ella debajo de la mesa en la cena, tenía clarísimo que los únicos dedos que quería que la tocaran,eran los de Daniela. Sólo podía pensar en la joven. En nadie más. Seguía igual de enamorada que antes. Pero le daba pavor sufrir más por ella. Tenía que intentar mantenerse lejos de ella.
Se despidió de Elisa en su portal, ya que ésta quería acompañarla. Le dió un beso en los labios y Patricia se lo devolvió. Total solo era un beso. Pero Elisa quería más, así que pegó su cuerpo al de Patricia e intentó besarle por el cuello, mientras la apretaba contra ella con las manos en su cintura.
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La joven stripper y la doctora. (2°Historia)
RomansaDaniela, una joven de diecinueve años estudiante de arquitectura por el día, y stripper de noche, se queda prendada de una preciosa doctora rubia de ojos azules de treinta y cuatro años, a la que conoce en un hospital una noche que la agreden al sal...