Daniela pasó la tarde sola y amargada. Quería que Patricia estuviera con ella. Llevaba unas horas sin ella y ya la echaba de menos. Pero si se había ido como se había ido, lo mejor sería no forzar nada y no llamarla.
Y Patricia estaba parecido, también quería pasar a la casa de Daniela, pero sabía que era peligroso para ella porque acabaría por dejarse llevar por lo que sentía por la joven. Tendría que esperar hasta la noche para ir a verla, ya que por lo menos tenía la excusa de llevarle algo para cenar. Luego estuvo pensando que era totalmente normal que Daniela hubiera hecho su vida en Milán. Habían pasado tres años y ella misma llevaba tiempo acostándose con Elisa. No podía culpar a Daniela por haber rehecho su vida. Pero eso no quitaba para que le doliera en el alma que "su" Daniela hubiera metido a otra mujer en su vida.
Llegó la hora de cenar y Patricia se animó a pasar de nuevo a casa de Daniela, pero antes tenía que hacer algo de cena para las dos.Se había duchado y se había cambiado de ropa. Ahora se había puesto una camiseta de tirantes y un short corto a juego.
Daniela estaba actualizando sus redes sociales cuando tocaron a la puerta. Sabía que era Patricia, así que cogió aire y lo soltó lentamente. Estaba nerviosa de sólo pensar que Patricia había vuelto, pero cuando abrió la puerta se quedó bloqueada cuando vio a la otra persona.
-Hola...Lucía…¿qué tal?
-Vaya Daniela... Estás...muy cambiada. Wow!!!A ti el paso del tiempo te ha sentado fenomenal.
-Gracias Lucía.¿Y que te trae por aquí?- Daniela no sabía ni de qué hablar con ella. No se esperaba que la profesora se presentara en su casa, después de tanto tiempo sin verse.
-Pues verás, he coincidido esta mañana con tu padre en una obra. Dejé la docencia y ahora soy autónoma. Total que tu padre me dijo que habías tenido un accidente. Y me dijo que por qué no me pasaba a verte. Así que aquí estoy...Pero…¿Me invitas a pasar?
Daniela estaba bloqueada. Si la invitaba a pasar, cuando viniera Patricia, ésta la vería y no querría quedarse con ella. Y Daniela sólo quería estar con Patricia. No quería perder el tiempo con Lucía. Aunque tenía que reconocer que la profesora casi no había cambiado con el paso del tiempo y seguía estando de muy buen ver. Pero no podía ser descortés, así que finalmente la invitó a pasar.
-Lucía...Lo único que estoy esperando una visita.
-Ah, tranquila, me tomo algo rápido y me voy, si te parece bien. No quiero molestar. Por cierto, te he traído unos bombones...
Se pusieron al día las dos. Daniela le dijo que aún seguía en su vida Patricia, y también le habló de todo lo que vivió en Milán. Lucía se alegró mucho por ella. Para Lucía, la joven estaba preciosa, pero si estaba de por medio Patricia, sabía que estaba todo perdido. Así que después de haber tomado una cerveza con Daniela, decidió que era hora de marcharse. Quedaron en volver a verse cuando Daniela estuviera totalmente recuperada.
Cuando se estaban despidiendo en el rellano, justo Patricia salía de su casa para ir a la de Daniela. Y cuando vio a Lucía hablando con Daniela, le dieron ganas de darse media vuelta y meterse de nuevo en su casa. Pero las otras dos mujeres la vieron, así que no le quedó otra que seguir con el plan establecido.
-Hola Daniela. Hola Lucía…¿Qué tal?
-Hola doctora. ¡Cuánto tiempo! Bueno, yo ya me iba. Vine sólo a ver a la enferma. Daniela, lo dicho, cuando te mejores llámame y nos tomamos algo.
-Sí, claro. Cuenta con ello.
Lucía se metió en el ascensor y se marchó.
-Hola Patricia-¡Joder! Se había puesto un conjunto muy corto y muy sexy. Le iba a costar muchísimo no mirarla con deseo. No quería importunar a la doctora con sus miradas lascivas.
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La joven stripper y la doctora. (2°Historia)
Storie d'amoreDaniela, una joven de diecinueve años estudiante de arquitectura por el día, y stripper de noche, se queda prendada de una preciosa doctora rubia de ojos azules de treinta y cuatro años, a la que conoce en un hospital una noche que la agreden al sal...