Ya sobre las 10 pm volvieron a tocar el timbre, cuando las dos estaban relajadas en el sofá, Ana se levantó y fue a abrir.
-Hola señora Laura, vaya, ¿Qué tal está?pase, su hija está en el comedor. ¡Cuánto tiempo sin vernos!
-Hola guapa, me alegro que estés ayudando a mi hija. Esta chica no sabe más que meterse en problemas. Acaba de llegar a la ciudad y ya está haciendo de las suyas- le dijo la madre de Daniela a Ana riéndose.
-Ya la conoce. No va a cambiar ahora.
La mujer entró al comedor y se encontró a su hija recostada en el sofá. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. No quería abrazarla porque sabía que le haría daño.
-Dani, cariño,¿Cómo estás? Cuéntame qué te pasó. Cuando me llamó tu hermana me asusté mucho. Por cierto, bienvenida de nuevo. Te hemos echado mucho de menos. Y por fin vas a empezar a trabajar ya con nosotros.
-Hola mamá. Esta mañana salí a correr y un coche me atropelló. La chica se portó bien conmigo, me llevó al hospital.
-Ah, ¿Y tu hermana no te ha dicho de denunciar?
-Sí, mamá, pero no lo voy a hacer. La chica se acababa de sacar el carnet de conducir y estaba muy nerviosa. Por lo menos no me dejó ahí tirada. Me acompañó al hospital, se quedó conmigo y luego me trajo a casa.
-Ya ya...Hablando de chicas. Me gustaría hablar contigo de algo. Vi unas fotos tuyas en Facebook. Sales muy cariñosa con otra chica italiana...Y como aún no nos has hablado nunca de ningún chico...Me gustaría preguntarte si es que te gustan las chicas.
Daniela sabía que ese momento llegaría. Pero aún no estaba preparada para hablar del tema con su madre, ya que ésta no entendía a los homosexuales. Más de una vez la oyó hablar despectivamente sobre ellos. Y sabía que si le decía a su madre que le gustaban las mujeres, ésta se lo iba a tomar muy mal y se iba a enfadar mucho. Pero por otro lado, ya era una mujer y ella amaría a quien le diera la gana, le gustara o no a su madre. La tendría que respetar.
-Mamá… Esa chica es mi amiga. Se llama Adrienna.
-¿Y con una amiga te pasas hielos de boca en boca?
-No, con una simple amiga, no. Pero con alguien especial, sí. Adrienna es muy especial para mí.
-Pero especial en qué sentido, hija, que ya me estás preocupando.
-Pues especial...En el sentido que sí, que me gustó y tuve algo con ella- soltó a bocajarro la joven.
Laura no se lo podía creer...Su hija era lesbiana. Ni se lo creía ni lo entendía ni lo aceptaba.
-Joder Daniela..¿Qué acabas de decir?
-Mamá, me has entendido perfectamente. Sí, me gustan las mujeres.
-Daniela...No nos puedes hacer ésto. Ya te presentaremos a algún trabajador del despacho y verás que se te quitará la tontería.
-¿Qué? mamá, ¿Te estás escuchando? ¿Pero cómo puedes hablar así?. Yo soy como soy, y ni tú ni nadie va a cambiar mi orientación sexual. Me gustan las mujeres y punto. Y tú lo tienes que aceptar si de verdad me quieres.
-Daniela... ¡Qué disgusto me estás dando!. ¿Desde cuándo te gustan las mujeres? Seguro que es algo pasajero y no sabes lo que estás diciendo.
-Mamá, a mi edad claro que sé lo que estoy diciendo. De hecho me fui de aquí por una mujer. Porque me rompió el corazón y necesitaba alejarme de ella.
La mujer comenzó a llorar. No podía parar de hacerlo. No se podía creer lo que su hija estaba diciendo.
-¿Y en el despacho?¿Cómo vamos a decir que eres lesbiana?¿Y los nietos?¿No piensas darnos nietos?-Comenzó a gritarle Laura. Esa conversación empezaba a írsele de las manos a las dos.
-No sé si quiero tener hijos. Aún soy joven. Pero si algún día los quiero tener, los puedo tener con la mujer que amo.
-¿Pero qué estás diciendo?¿Ser madre con otra mujer?¿Tú te has vuelto loca?joder, no me esperaba ésto de ti.
La mujer salió hecha una furia de la casa de Daniela. Su hija no la podía haber decepcionado más.
Daniela sólo pudo echarse a llorar. Menos mal que estaba Ana para darle ánimos. Ésta se había quedado a cuadros con la discusión que había escuchado entre madre e hija. No se podía creer que la madre de Daniela fuera tan cerrada de mente y en cambio fuera una mujer que había llegado muy lejos profesionalmente adaptándose perfectamente a la arquitectura actual. Para unas cosas la mujer avanzaba sin problemas pero para otras se había quedado estancada en épocas pasadas. Era algo incongruente. Nunca se lo había imaginado. Y eso que ya hacía años que la conocía. Ana fue directamente a abrazar a su amiga.
La madre de Daniela estaba esperando a coger el ascensor justo cuando Patricia salió de su casa para ir a tirar la basura.
Cuando Laura la miró a los ojos, la reconoció al momento, de la entrega de premios de su hija en la universidad. Y Patricia también supo quién era esa mujer. Era como Daniela pero con unos cuantos años más. Era una mujer muy guapa.
-Hola,¿baja en el ascensor?
-Sí, bajo con usted.
-Perdone, pero usted… Estuvo en la entrega de premios de mi hija, ¿Verdad? De hecho nos presentó mi hija Laura.
-Si, estuve allí. Por cierto…¿le ocurre algo?-Patricia la miró a la cara y se notaba que estaba llorando y que además estaba muy enfadada.
-Sí me pasa, sí…¿Te puedes creer que me acabo de enterar que mi hija es lesbiana?
Patricia se quedó estática. ¡Joder!¿Y por eso estaba así la mujer? , Pobre Daniela si tenía que aguantar a una madre con esa forma de pensar...
-¿Y?
-¿Cómo que "y"? Qué tú hija te diga que es lesbiana...Ya no tendré nietos de su parte. Me he llevado una gran decepción, qué quiere que le diga.
-Vaya, Señora, y ¿Por qué no piensa primero en lo que quiere su hija hacer con su vida?¿Y por qué no respeta lo que ella quiere?no sé, pero usted es su madre, y lo que le debería de importar es ver a su hija feliz, independientemente de si le gustan los hombres o las mujeres. Además, ¿Cómo puede decepcionarle una chica como Daniela?- Patricia la dejó en el ascensor con la palabra en la boca. Salió de allí nada más se abrieron las puertas. No quería discutir con esa mujer. De seguro que ésta habría discutido con su hija y la habría dejado en mal estado. Conociendo a Daniela, estaba más que segura que le habría dolido mucho que su madre no aceptara su orientación sexual. Ahora porque estaba Ana con ella y seguro que estaría animándola, pero ya mañana se pasaría a hablar con ella sobre el tema. No quería ver a Daniela sufrir por culpa de la homófoba de su madre. Si ella supiera que ella misma había hecho a su hija descubrir su orientación sexual...
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La joven stripper y la doctora. (2°Historia)
Roman d'amourDaniela, una joven de diecinueve años estudiante de arquitectura por el día, y stripper de noche, se queda prendada de una preciosa doctora rubia de ojos azules de treinta y cuatro años, a la que conoce en un hospital una noche que la agreden al sal...