XIII

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-Volvamos a casa, se hace tarde- Ni-ki tomaba la pequeña y cálida mano de Sunoo.

-Vamos a casa entonces- cuando sus manos se entrelazaban, se sentía tan seguro como un pequeño gato en una caja.

Empezaron a caminar por la avenida, pasos lentos y tranquilos, con sus mentes llenas de la persona a su lado.

-¿Sabes? cada que pienso en ti, hay una canción que viene a mi cabeza- con su mano libre encendió su teléfono e hizo sonar una canción desde Spotify.

Entonces aquella música se hizo sonar, "Ojos color sol" de Calle 13.

Empezaron a caminar mientras sonaba esa música, la calle no estaba vacía del todo, pero había alguna clase de paro así que no habían autos por esa calle ni por muchas de la ciudad.

No les importó ni un poco que las personas los miren extrañados mientras caminaban tomados de la mano con esa canción sonando.

"Hoy el sol se escondió y no quiso salir, te vio despertar y le dio miedo de morir"

Parecía que le daban color a toda esa calle, ambas sonrisas eran preciosas, el resplandor que hacían juntos era realmente hermoso, haciendo desear poder encontrar a alguien que complemente tu brillo.

"Hoy el sol no hace falta, está e receso, la vitamina D me la das tu con un beso"

"La luna sale a caminar siguiendo tus pupilas, la noche brilla original después de que tu la miras"

Estaba anocheciendo, y sin importarles si las personas los miraban raro o no empezaron una clase de baile en medio de la calle.

"La tierra ya no gira, tu giras por la tierra"

-¿En verdad me quieres tanto?- Sunoo preguntó sujetándose de la nuca de Ni-ki.

-Te quiero demasiado- miró esos ojos, esos ojos color sol, de café claro que lo miraban solamente a él.

Entonces dentro de poco llegaron a su complejo de departamentos, bueno, les faltaban dos cuadras para llegar, entonces una chica de la misma clase de Sunoo se hizo presente.

-Oye Kim...- habló la chica, parecía deprimida.

-Oh... Yeji- era la amiga de Sunoo.

-N-no es nada...- parecía que quería decir algo, pero se contuvo negando sus propias palabras.

-¿Estás bien?- Ni-ki sabía que si alguien decía algo, no es por nada.

-Mi novio... acaba de cortar conmigo- su labio empezó a temblar. -D-dice... que necesito ser más bonita.

Entonces la joven chica empezó a desahogarse poco a poco hasta que ya se sentía algo calmada.

-Y ustedes son...- Yeji señaló a ambos chicos que la escuchaban pacientemente, se veían muy cercanos para ser amigos.

-Sunoo es mi--

-Soy su futuro novio- se atrevió a decir mientras tomaba su mano.

-Oh... entonces aún no son la bella pareja del campus- hace tiempo que no se desahogaba, menos con unas personas que poco conocía.

-¿Quieres un poco de agua?- Sunoo preguntó soltando la mano de Ni-ki -iré a comprar una botella, ahora vuelvo- habló cuando su compañera de clase asintió a la primera pregunta.

-¿Entonces aún no son pareja?- Aquella chica acomodaba su pelo.

-Aún no- pero quería decírselo en algún momento.

Yeji estaba por hablar, pero su mirada se perdió en  algunas personas que pasaban por ahí, su ex-novio caminaba junto a sus amigos y algunas chicas.

Yeji no lo pensó, solo quería tener a su novio de vuelta, o al menos que siga sintiendo algo por ella, siquiera pensó en las consecuencias.

-¿Él es tu ex-no-- los labios de la chica rubia se posaron en los suyos, duró aproximadamente dos o tres segundos en los que reaccionó -¿¡Pero qué te pasa!?

La chica no habló, solo pensaba en volver a tener la atención del chico que la dejó hace varios minutos.

-Y-yo traje agua...-Sunoo entregó esa botella a Ni-ki y sin esperar más salió corriendo, desde sus ojos todo era diferente, desde su experiencia, otra vez había sido engañado.

-No centres en tu amor en alguien que no lo merece, no lo fuerces- no podía culpar a Yeji de lo sucedido, ella igual estaba dañada, le entregó la botella de agua y salió corriendo a ver si podía encontrar a Sunoo al lugar donde había corrido.

Pero, ¿Dónde estaba Sunoo?

Dobló a la izquierda cuando empezó a correr y a la izquierda se habría paso una bocacalle con salida a otras 3 calles, ¿Dónde se suponía que debía empezar a buscar?

.

.

-No debo... no...- Sunoo se encontraba en su departamento compartido con Ni-ki, era el único lugar que sabía donde podía estar, lloraba de rodillas en la sala.

Al final eres igual que él.

Se paró del suelo con las pocas fuerzas que tenía guiándose hasta la cocina para abrir el refrigerador sacando un paquete de cervezas que ya ni recordaba cuándo compraron pues ninguno solía tomar, pero ahora necesitaba dejar de pensar en Ni-ki y pensar en otra cosa, o simplemente dejar de pensar.

Todas esas palabras fueron mentiras.

Seguía llorando en uno de los sofás puff que había en la sala, mientras ya iba por la tercera botella de cerveza, sus manos temblaban, sus piernas igual, aguantándose las ganas de gritar y llorar escandalosamente.

Pero esas mentiras fueron tan bonitas...

-Yo soy el problema.






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Cami~


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