Todas las monjas rezaban en el oratorio a las diosas a esa hora, incluida Miyo, pero ella no era capaz de concentrarse. Pero... ¿Qué acababa de pasar? Después de comprobar que la mujer misteriosa era Quinella-sama, la había mandado directamente a la oración matutina con las demás monjas. Lo que Miyo no sabía era que el motivo de que su maestra la haya mandado a rezar era que en verdad ella también estaba nerviosa. ¿Qué iba a decirle? Pensó Quinella, quiero decir, Administrator sentada en el banquito de su tocador mientras Miyo se esforzaba (sin éxito) en rezar apropiadamente unos pisos abajo. Suspiró. Le había pedido a su alumna que se fuera con una excusa como esa porque necesitaba organizar sus pensamientos. Espera... ¿Por qué estaba viendo a Miyo como alguien cuyos sentimientos deben ser considerados? "Miyo Takahara" era solo una unit controlable. ¡No!
- ¿Qué está pasando conmigo? - susurró para ella misma, apoyando su cabeza sobre su mano derecha (la cual se apoyaba sobre el tocador). Un ligero mechón largo y lila descendió. Quinella lo notó. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que...? No, eso no importaba ahora. Respiró hondo.
"Solo le diré a Miyo que encontré un arte sacro para recuperar mi durabilidad y mi físico... Sí, solo eso." pensó, y suspiró aliviada. "Sería bueno conservar a Miyo, incluso si el motivo por el que la volví mi alumna en primer lugar ya no existe, puedo ponerla en otro puesto. Con lo que sabe, está muy por encima de las demás monjas. No puedo desperdiciar este talento."
Entonces lo pensó una vez más. Ella ya no iba a morir, ahora ella y Miyo .... ¡Miyo! ... Cuando la vio, parecía que ya llevaba un rato parada allí... ¿Lo habría oído? No, no le preocupaba que la oyera, pero... ¿Cómo iba a explicarle? Lo que la niña sabía era todo lo que enseñaba la iglesia (a excepción de lo que había aprendido en sus lecciones privadas con ella). Quinella sabía que Miyo era una fiel creyente de las diosas, pero... ¿Reaccionaría bien... si le decía... que todo era una farsa... que las diosas eran una mentira... y que...? No, estaría bien. Naturalmente, tendría que explicarle poco a poco lo de las fluctlights, comandos, etc... Así podría explicarle lo que había hecho con la suya y Miyo lo entendería sin entrar en estado de shock, como había pasado antes. Hubiera sido mejor si Miyo no hubiese entrado, ella la hubiera llamado y le hubiera dicho que la gracia de las diosas la había curado, pero... ya no quería seguir mintiéndole, no a Miyo. Incluso con las órdenes básicas de cardinal en su fluctlight... no quería lastimar a Miyo. No le fue muy difícil hallar el motivo: a pesar de su cambio de paradigmas, a pesar de su gran deseo de controlarlo todo como simple data, había algo de su parte humana que había sobrevivido y eso era... su cariño por Miyo. Falló en reprimir una risa. Ella, un ente que solo existe para controlar, ahora deseaba proteger a Miyo, una unidad humana, una unit, uno de los seres que quería controlar... quería que Miyo trascendiera con ella, más allá de la esperanza de vida promedio de un humano. Ahora que su edad ya no era un problema, tenía más tiempo para estar con Miyo, pero... Miyo algún día envejecería y moriría, incluso si ahora faltan más de sesenta años, algún día pasará...
"Hay mucho tiempo hasta entonces." pensó "Ya le habré explicado todo a Miyo dentro uno o dos meses. Miyo decidirá si quiere seguirme."
Ella podría elevar la "vida" de su alumna al máximo y detener el deterioro natural de su cuerpos si lo deseara, pero...
"No serviría de nada si Miyo no está de acuerdo"
Y en verdad deseaba que Miyo fuera feliz, incluso si ella, tras escuchar todo, decidía vivir y morir como un humano normal, ella... ¿lo aceptaría? Quinella se quedó pensando por un momento. Sí, si era lo que Miyo quería lo aceptaría, incluso ella sostendría su mano en su lecho de muerte mientras la vida de Miyo se extingue poco a poco. "Si eso llegara a ocurrir, estaría asustada." pensó con una leve e irónica sonrisa "Después de todo, yo estuve asustada."
ESTÁS LEYENDO
El cuento de la novicia y la sacerdotisa (fanfic Underworld)
FanfictionHabía una vez una sacerdotisa de mal corazón que solo anhelaba el poder y no sabía cuándo detenerse, un día conoció a una novicia a quien empezó a querer como una hija pero este amor no la salvó cometer un error muy tonto. Lee más para saber más y s...