¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO DOS " ¡SEAMOS EL MONSTRUO MÁS BORRACHO! "
—¡DYLAN! —TINA GRITÓ TRAS LA PELIRROJA—. Vas a venir a mi fiesta, ¿verdad?
La chica puso un volante naranja en las manos de Dylan. Sus ojos examinaron rápidamente el folleto: ¡seamos el monstruo más borracho! estaba garabateado en la parte superior con letras en negrita y abajo estaba la dirección de Tina y una hora.
Dylan negó con la cabeza y le devolvió la invitación. —Lo siento, Tina. No creo que pueda hacerlo.
Tina no retiró el volante, levantó las manos y negó con la cabeza. —No, chica. Vas a venir. No te han visto fuera de la casa en, como, un año.
Tina le dedicó una sonrisa que estaba destrozada por la lástima. —¿Qué le pasó a la reina de la fiesta de Hawkins? La extraño.
Dylan rio suavemente, sabiendo que las palabras de Tina eran ciertas. Ella solía estar en todas las fiestas, la primera en ponerse de pie y la última en llegar a casa. Este año no había estado exactamente sobria, a menudo bebiendo alcohol escondido debajo de su cama como un vicio para olvidarse de la ausencia de su hermana, pero no había estado en una fiesta desde el pasado Halloween.
Dylan retiró el volante y se lo metió en el bolsillo trasero. —Bien. Lo pensaré.
—¡Qué bien!
Dylan le dio a su compañera de clase una sonrisa de despedida y cuando dobló la esquina, tiró la invitación a la basura.
—¿Qué es esto, muñeca? —Al oír la voz del chico, los ojos de Dylan se pusieron en blanco instintivamente—. ¿Una fiesta en esta ciudad de mierda?
Billy tomó el volante de la basura y lo desarrugó. —Seamos el monstruo más borracho. Ahora, estamos hablando.
Desde lejos, Dylan vio a Steve en el casillero de Nancy, su mirada se entrecerró entre ella y Billy. La hacía sentirse pequeña.
—¿No te dije que no me hablaras en público, Hargrove?
—Ya veo —Billy siguió su línea de visión, sus labios se curvaron al ver a Steve—. Soy tu pequeño y sucio secreto, ¿verdad? ¿Tienes que ocultárselo a Santo Steve?
—Tengo que ocultárselo a todo el mundo —susurró ella acaloradamente—. Puede que seas un buen amante, pero eres un completo idiota.
Su sonrisa se ensanchó. —Amo a una chica que se hace la difícil.
Dylan lo empujó lejos. —Estás loco si crees que estoy jugando. ¿Has perdido células cerebrales por toda la laca para el cabello en ese peinado?
Él solo sonrió.
—¡Vete!
Sonó el timbre y finalmente Billy se alejó de ella, guiñando un ojo mientras se giraba. —¡Nos vemos en Bio, cara de muñeca!
