¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO TRES " ¡VUELVE AL COCHE! "
ÉL ESTABA EN SILENCIO MIENTRAS SE ALEJABAN DE LA CASA DE TINA. Dylan se sentó en el pasajero esperando a que él hablara primero, pero ella se estaba impacientando. Lo que había sucedido entre ellos era un error privado, único, y Steve había prometido guardárselo para sí mismo.
Cuando las chicas eran amigas, Carol siempre llamaba a Dylan 'Puta Secreta' porque siempre mantenía ocultos sus esfuerzos sexuales. Así es como a ella le gustaba. Cerca del pecho. Oculto. De esa forma nadie podría usarlo en su contra. Después de que Carol le puso a Dylan el estúpido apodo, Dylan incluso mantuvo sus aventuras ocultas para ella.
Todo esto sucedió hace tanto tiempo y si Dylan no fuera tan mezquina, podría haberlo dejado pasar. Pero los viejos hábitos eran difíciles de morir y ella era dramática, y estaba enojada con Steve por traicionar su confianza. Steve no podía contárselo a casi nadie, pero dejó que el secreto se le escapara a la única persona que ella preferiría no conocer más. Tommy H. de labios sueltos
—Entooonces —dijo ella arrastrando las palabras—. ¿Vas a disculparte?
—¿Por qué, Dyl? Fue hace mucho tiempo —dijo con dureza—. Déjalo ir.
—Fue hace un año, Steve. No hace un milenio.
—Se siente así.
Ella dejó escapar un profundo suspiro. —¿Qué hiciste? ¿Salir del camino de entrada y luego llamar a Tommy en el momento en que llegaste a casa? Porque recuerdo claramente que ustedes dos rompieron al día siguiente.
—Mira, pensé que Nancy me había engañado con Jonathan, ¿de acuerdo? —Steve golpeó el volante con el puño—. Tommy me estaba molestando y me jacté de que tuve sexo contigo para alimentar mi ego
Dylan se hundió en su asiento. —¿Fue tan difícil? ¿Por qué tienes un palo en el culo de todos modos?
Se quedó en silencio. El único sonido era Caribbean Queen tocando suavemente a través del estéreo y la respiración entrecortada de Steve, sonaba como si acabara de correr un maratón, cuando en realidad no había hecho nada más que sentarse en el asiento del conductor de su auto.
—Nancy.
—¿Nancy te metió un palo en el culo?
—No, Jesús —maldijo—. Nancy - ella ha terminado conmigo.
Las cejas de Dylan se fruncieron. La joven pareja parecía estar bien solo dos noches antes en su cena familiar. —¿Quieres decir que rompió contigo?
—No, no exactamente —dijo él, suspirando—. Ella bien podría haberlo hecho. Sé que se acabó
—Honestamente... me sorprende que haya durado tanto.
