QUINCE

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Casi era media noche, la Castañeda estaba tranquila como todas las noches, los ruidos cesaban por unas horas, a las internas que se encontraban con la fiebre de norman en su esplendor les daban hierbas para dormir y para aligerar sus males, eso desde que estaba Namjoon a cargo.

Cundo el doctor Lee estaba al frente todo era muy diferente los castigos eran dolorosos y los gritos y olores amargos se inundaban en toda la Castañeda.

Lisa y Rosé compartían largas pláticas por las noches, cuando todo estaba completamente en silencio ellas podían recordar que tan solo eran unas niñas con ilusiones y sueños.

-¿Porque esperas a Yoongi? -Preguntó Lisa curiosa, no le había hecho esa pregunta a Rose, es solo que la curiosidad aumentó cuando Namjoon les dijo "ellos volverán "

Rosé llevó sus manos a sus mejillas sonrojadas y una pequeña sonrisa salió de sus labios, una que era genuina y que a pesar de estar en ese lugar tan horrible pensar en Yoongi le hacía tener ilusiones otra vez. -Yo... bueno no lo recuerdo del todo, pero cuando llegue aquí, el doctor Lee me castigo y Yoongi me defendió, estuvo conmigo los días siguientes cuidando de mis heridas y dándome los remedios para la fiebre de norma... -cerró los ojos y aspiro el ambiente recordando -su olor me tranquiliza... menta y café -dijo como si pudiera oler esos aromas en ese momento -hacen que mi cuerpo y mi alma se sientan cálidos. -Contaba la pequeña de 14 años a Lalisa -cuando la enfermedad pasó, el vino a verme, pero entonces yo lo rechacé y no porque no quisiera verle, es solo que sentí mucha vergüenza, -su corazoncito se encogió un poquito al recordar ese momento -cuando estás enferma con la fiebre de norma es como si una parte de ti no te respondiera, como si alguien más dijera e hiciera realmente lo que quieres. -Término de decir la pelirrubia

-Eso es verdad, yo escape de casa para que no me trajeran aquí, confié en su alteza y me atreví a fugarme con el, porque algo dentro de mi, dijo que era lo correcto, -suspiro adolorida -de cualquier modo estoy ahora aquí y me han separado de él y de mis padres - Lisa suspiro triste, sus ojitos empezaban a cristalizarse

-Esta bien Lisa, ellos prometieron que regresarían y nos sacaran de aquí, estoy segura, además su alteza el príncipe Namjoon a sido demasiado bueno con nosotras, nos ha cuidado como lo prometio y el doctor Lee no nos ha lastimado.

-Si, supongo que eso es bueno -Dijo lisa tallando sus ojitos -¿Rosie?

-¿mgh? - asintió Rosé -¿Tu también te sientes... extraña ? - miro a Lisa con los ojos muy abiertos pues el ambiente empezaba a sentirse con una atmósfera pesada además de un olor a cítricos muy fuerte

La puerta que siempre estaba cerrada con candado empezó a ser tocada con fuerza desde el interior además de fuertes gritos y gruñidos se escuchaban desde su interior, ahí no parecía estar interna una jovencita, la fuerza con la que era golpeada era muy fuerte como si un animal estuviera tratando de escapar.

-¡Abran la puerta! -se escuchaba desde el interior -¡Se van a arrepentir de tenerme aquí!

Lisa y Rosé tragaron duro, se abrazaron y se hicieron ovillo juntas Rosé abrazo a Lisa por la espalda y es que  los gritos  eran escalofriantes.

Namjoon estaba tratando de dormir en su cómoda cama, pero le estaba siendo imposible, tenía calor en su cuerpo, parecía que se iba a incendiar a demás de  la opresión que sentía en su pecho era enorme. Quería ir a la Castañeda en ese momento.

Se paró de la cama y se dirigió a tomar un vaso de agua, la jarra estaba en una mesa junto a la puerta de entrada.

Sintió un tirón en su pecho y escuchó una ligera voz a lo lejos está apenas si le susurro:

-Ayúdame

Namjoon llegó bebió el vaso de agua de un tirón y regresó a su cama confundido y con una terrible opresión en su pecho, esa noche no pudo dormir nada, no dejo que el sol terminara de salir cuando ya se dirigía a la Castañeda.

Apenas se adentró al primer pasillo largo y tétrico que tenía que cruzar todos los días y esta vez fue diferente, el ambiente traía consigo un fuerte aroma a cítricos, un aroma que le encantaba.

-¡Su majestad! - dijo el doctor Lee con una sorpresa que no puedo evitar- el día de hoy no tenía que estar aquí, su excelencia el Rey Seokjin ha pedido que por 5 dias usted no ingrese aquí

Namjoon alzó una ceja antes de decirle al doctor Lee -Y eso porque? ¿Mi padre no me ha dicho nada... ahora si me permite - paso de largo a su mesa chocando el hombro con el doctor Lee, este bufo molesto, en la madrugada habían dado el primer castigo a la interna que estaba armando un escándalo.

La puerta con candado por la que siempre se detenía un momento ahora estaba diferente, se veía que la habían forzado, además de que el olor a cítricos y ahora un toque de brisa de mar se alojaba en las fosas nasales de Namjoon.

-¿Que ha pasado? -Preguntó al guardia que siempre estaba cerca de ahí.

El guardia solo se encogió de hombros y dio una leve reverencia con miedo en sus ojos

Un leve sollozo se escuchó al otro lado de la gran puerta

-Abre la puerta - le dijo de manera seca y con orden en su voz, al mismo guardia

-N..no puedo su majestad - dijo con miedo
-¿Disculpa? - Nam alzó una ceja para ver al guardia a los ojos

-Yo... no tengo la llave, el doctor Lee es el único que puede abrir... el candado, ayer la señorita tuvo una recaída y el doctor Lee entró para atenderla - dijo el guardia arrepintiéndose a los dos segundos de haber abierto la boca

Los ojos del pelirrubio estaban inyectados de enojo, si era cierto lo que decía el guardia y el doctor Lee, atendió a aquella joven suponía NO había sido de la mejor manera.

Llego hasta el lugar del doctor Lee y con una voz gruesa y tratando de controlarse le dijo:

-¡La llave!

El doctor Lee sabía lo que esto significaba y no podía dejar que viera a la interna...

-Lo siento su alteza, su padre a dado órdenes estrictas y usted no puede meterse en ese caso en específico - dijo el doctor Lee con una ligera reverencia en forma de disculpa

-Mi padre no me ha comunicado nada de eso, así que pasaré por alto su comentario, ahora la llave -Dijo Namjoon de manera educada y fuerte

El doctor Lee, molesto saco la llave de su cajón y se la entrego, enojado y bufando, desde que el príncipe jugaba al doctor estaba jodiendole la vida y en grande, haciéndose cargo de la Castañeda y dejándolo en ridículo frente a sus hombres, pasando por alto sus indicaciones.

Namjoon salió directo a la gran puerta, tomó el candado entre sus manos e introdujo la llave, el olor que salió de aquella habitación era horrible y a la vez delicioso para el pelirrubio.

Mugre por todos lados, la puerta estaba arañada, una joven con los cabellos negros y enredados, con arapos casi desgarrados, la cara y el cuerpo sucios descalza como todas las internas, lastimada de todo su cuerpo con marcas recientes y cicatrizadas en sus hombros y clavículas.

-¿Sabía que vendrías? - dijo la pelinegra, limpiándose las lágrimas y abrazando su pecho con sus manos, dejando a Namjoon con el semblante rígido y sorprendido y con el cuerpo temblando por el olor de aquella pelinegra.

LA CASTAÑEDA [TAELICE] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora