"Infierno"
Todos estaban sentados en el piso sin hacer nada. Todos estaban tratando de analizar que carajos había pasado. O tratando de averiguar cómo es que seguían vivos.
Olivia seguía tratando de finjir que no le dolía el disparo –aunque no era un disparo ya que la bala solo rozó–, pero la sangre seguía brotando, y le preocupaba que se fuera a infectar.
Sintió como alguien se sentó a su lado. Como la última vez, no fue necesario voltear para saber quien era.
–¿Te moviste? –fue lo primero que Sae-Byeok preguntó.
–Tan directa como siempre –murmuró–. Nada de "¿Estás bien?" O "¿Te duele?"
–Sabes que yo no soy así –dijo mirando al piso, con la típica expresión neutra que tanto la identificaba.
–Si, lo sé.
El mismo ruido que la otra vez volvió a sonar, y las puertas se abrieron. Los hombres con máscaras de figuras volvieron a entrar al lugar, y todos se pusieron de pie al instante.
Retrocedieron lo más que pudieron. Claro, si los fueran a matar, serviría de mucho hacerce para atrás –nótese el sarcasmo.
–Todos ustedes han logrado ganar el primer juego. Muchas felicidades a todos –dijo el señor cuadrado–. Es hora de anunciarles los resultados del primer juego.
El número en la televisión de arriba que decía la cantidad de participantes que había, empezó a descender. Mucho más de lo que uno se esperaba.
–De cuatrocientos cincuenta y seis jugadores, doscientos cincuenta y cinco fueron eliminados y doscientos un jugadores completaron el primer juego.
Todos soltaron un ruido de exclamación, de miedo, o de sorpresa. Pero Olivia estaba... como si estuviera en una panadería comprando una dona.
–¡Señor! –una señora de cabello chino salió de la gente y empezo a llorar–. ¡Perdóname! Voy a pagar todas mis deudas, todas mis deudas, señor –se arrodilló y juntó sus manos. ¿Rogar? A Olivia le daban risa las personas que rogaban. Ella nunca lo haría, ni por su propia vida–. Por favor, señor. Tengo un niño. Ni siquiera he registrado su nacimiento porque aún no le he puesto un nombre. ¡Por favor déjeme ir!
–¡Señor! –dijo otra señora que salió de la gente–. Lo siento mucho. ¡Por favor, perdóneme la vida! Voy a pagar todas mis deudas.
–¡Quiero detenerme aquí! ¡Por favor! –dijo otra señora, y se arrodilló frente a las figuras, o así les decía Olivia a los hombres con traje rosa y máscaras de figuras.
Todos empezaron a rogar para salir de ahí.
Olivia giró los ojos, y suspiró con pesadez.
–Siempre odiaste las súplicas –dijo Sae-Byeok a su lado.
–Y lo sigo haciendo.
–Parece haber un malentendido –dijo cuadrado–. No queremos lastimarlos, ni tratamos de cobrarles sus deudas. Les recuerdo que estamos aquí para darles una oportunidad.
–¿Una oportunidad? –dijo un hombre en el frente–. ¿Cree que eso es? ¿Nos hace jugar un juego de niños mientras nos mata? ¿Eso es una oportunidad?
Y la gente empezó a discutir sobre lo tétrico que era todo, y sobre que matar está mal y bla, bla, bla. Como si no estuvieran ahí por hacer cosas ilegales.
–¡No necesito ese estúpido dinero del premio! –gritó un hombre.
¿Entonces por qué mierda estás aquí? No creo que sea porque no tenías nada que hacer.
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Nunca tendremos nuestro final feliz (Sae-Byeok)
Fanfiction¿Quién dijo que siempre hay un final feliz en las historias? ¿Quién dijo que las personas destinadas siempre terminan juntas? ¿Quién dijo que se podían confiar en cualquiera persona? ¿Quién dijo que el amor de tu vida no te puede engañar? Pues q...