Con los ojos llorosos veía el cuaderno delante de él, no sabía que decir, cómo reaccionar, ni si quiera sabía en esos momentos que sentir al respecto.
una oleada de frío y temor se apoderó de su cuerpo al ver la cara del joven de la foto que estaba...
"Lazos que unen, vidas cambiadas por una venganza, prometo protegerte, prometo traerte después del dolor una esperanza"
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—¿Estás de acuerdo? —pregunto por tercera vez el hombre frente a él, el plan era algo arriesgado pero muy en el fondo sabía que iba a ser efectivo y sigiloso dentro de lo que cabía.
—Estoy de acuerdo, lo único que quiero es que nadie salga lastimado.
—Bien, no sabemos de lo que es capaz Seung Woo, así que lo mejor es prevenir —dijo Chanyeoul levantándose de su silla y yendo a un pequeña bodega que estaba alterna a su oficina —. Solo tu hasta ahora sabes de esta bodega, Taeyang, no se porqué siento la necesidad de compartir contigo tanto. No me vayas a decepcionar —abrió la puerta algo estrecha, Taeyang en una seña de parte de él se levantó para seguir su paso.
Todo en aquella habitación estaba oscuro, por la poca luz que entraba solo lograba distinguir cosas colgando de las paredes y estantes a lo largo de ella, su sorpresa fue al enfocar su mirada atraves de la luz de tonos celestes que se encendió en el lugar. Un arcenal se expandía delante de sus ojos, todo tipo de armas, desde la más pequeña hasta lo que logró identificar como algún tipo de basuca, colgados habían chalecos antibalas y en las paredes habían gavetas que fué abriendo impresionado y con sumo cuidado cada una de ellas viendo cartuchos de respaldo, granadas y hasta bombas. No podía creerlo.
—¿P-porqué yo? ¿Por qué me muestra todo esto?
—Porque en tí veo a alguien que puede ayudarme en un futuro. Ya estoy viejo... Pero... —la oración quedó en el aire, aquello intrigó a Taeyang.
—Pero... —animó el menor.
—Pero muchos creen que me he jubilado, no es así.
—¿Y en qué espera que yo lo ayude?
Un brillo en los ojos del hombre prendió una llama en la mirada del menor, sabía que al contratar a ese hombre nada sería igual, pero nunca creyó el gran cambio, tampoco esperó que fueran interrumpidos por su teléfono que tras salir de la habitación que lo dejó helado no tardó en contestar.
—¿Hola? —un número desconocido se reflejaba en la pantalla, más no había respuesta alguna, insistió —. ¿Bueno?
Calló sentado de la impresión en uno de los sillones, quizá si no hubiese contestado se hubiera ahorrado el casi preinfarto que le dió por saber que su hermano y cuñado estaban secuestrados. Eso sólo podía significar una cosa y llevar un nombre. Kim Seung Woo.
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Sus ojos empezaron a abrirse lentamente adaptándose rápidamente a la poca luz que lo rodeaba, sentía aún los efectos moribundos del líquido que usaron para inconsientizarlo, que reconoció como cloroformo. Náuseas, mareo y un dolor agudo en su cabeza empezó a sofocarlo aún más cuando descubrió el pedazo de tela en su boca. Rápidamente recuperó la postura y con un poco de dificultad buscó a Taehyung, se sorprendió en gran manera al encontrarlo frente a él de la misma forma en la que él estaba, aún más fué la impresión al ver a dos personas más en la habitación en el mismo estado.
