Madara estaba sonrojado y se había cruzado de brazos, terminando sentado en su cama. Hashirama le acariciaba el cabello y sonreía. Poco a poco estaba llegando al corazón de ese guerrero. Y la prueba de eso fueron las siguientes palabras.
—Hashirama...
—¿Hm?
—¿Por qué amarme a mi? Eres un dios, miles de doncellas, jóvenes, princesas, diosas, dioses o ninfas estarían orgullosos de que tú los amaras. ¿Y por qué a mi? Es la cosa más estúpida que ha pasado.
—Realmente no lo sé. Es la primera vez que me enamoro de verdad.
—¿Nunca amaste a tu esposa?
—Ya te lo dije, es una auténtica zorra, no me la recuerdes.
—Hm, está bien —se acostaron, Hashirama quería darle el regalo a Madara, era tan excepcional, lo había mandado a hacer solo para él... Madara abrió la boca.— Me siento estúpido.
—¿Por qué, Maddy?
—Le pedí a los soldados que fueran a buscar a Izuna... y hasta ahorita recuerdo que Tobirama lo secuestró.
—¿Por qué no abres el regalo que te traje? —le propuso. Madara hizo lo que dijo, con una mirada de sospecha.
Madara encontró un collar hecho de hermosas perlas blancas, como la espuma del hogar de éstas. Se sonrojó hasta las orejas, sin reclamar nada; en su lugar, solo se lo colocó.
—¿Cómo me veo?
—Delicioso, hum —se relamió los labios.
—Idiota, eso no es lo que pretendía.
—Si, pero lo eres con o sin joyas. Estaba pensando...
—¿Ahora con qué pendeja pendejada me vas a salir? —puso las manos en la cintura.
—Ya va a ser el solsticio de invierno —el día más oscuro del año— y después de eso tendremos una fiesta en el Olimpo. Quiero que vayas conmigo.
—¡No!
—¿... Qué? ¿Por qué, mi amor?
—Idiota, tu esposa va a estar ahí. Me matará. Literalmente.
—Poca moral tiene para hacer eso. Además, no dejaré que alguien te ponga siquiera un dedo encima, mi dulzura.
—No tienes vergüenza —negó con la cabeza—. Además, los dioses no siempre son razonables, como tú y tu hermano.
—¿Qué quieres decir?
—Tu hermano secuestró al mío solo porque le gusta. ¿Le piensa provocar algún trastorno psicológico para que se enamore de él a base de un secuestro?
—Tobirama no es muy bueno con los sentimientos —trató de excusar a su hermano, pero al ver que Madara no le respondía, cambió al tema anterior—. ¿Irás?
—Iré... solo si Izuna regresa y hasta que me asegures de que no moriré.
—¡Si, gracias, te amo tanto!
Mientras tanto, Izuna y la ninfa se movían por una de las muchas cavernas del inframundo. Terminaron en un río peor que el anterior. Era rojo y quemaba, pero el pelinegro sentía tanta sed que no le importó beber de ese.
Sí, le quemó un poco la garganta, pero se sintió mucho mejor después de eso.
—Lo siento —se disculpó la chica—, yo nunca he estado allá arriba y no me sé el camino...
—No tienes que disculparte —el príncipe levantó la mano, pidiendo silencio—. Acabo de recordar algo que me contó Madara.
—¿Quién es Madara?
—Es mi hermano mayor y es el Emperador de Konohagakure. Es el mejor hermano de todos.
—¿Y qué te contó? —ella no tenía ganas de una oda a Madara, fuera quien fuera.
—Es una historia de un hombre enamorado. Su esposa murió y vino hasta acá a pedirle a Tobirama que la dejara regresar. Él accedió, una idea muy tonta, a decir verdad...
—Parece que no lo defiendes para ser tu futuro esposo.
—¿Mi futuro esposo? ¿De qué estás hablando?
—Donde Tobirama pone la espada hace el corte. Y si quiere eso, lo hará.
—Oh, ¿qué tenemos los Uchiha para que los dioses se metan con nosotros?
—¿A qué te refieres? —retrocedió, algo asustada, creyendo que tenía una maldición. Algo no muy lejos de la realidad.
—Nos persiguen los dioses. A nii-san lo persigue Hashirama. Pero eso no va al tema. Lo que quiero decir... Nii-san dijo que Tobirama le dio la condición de que no mirara atrás, él lo cumplió pero cuando regresaban, sintió que el dios no cumplió su promesa y volteó. Ahí estaba ella, le sonrió pero le volvió a ir por faltar a su promesa.
—Eso no me dice nada.
—Bueno, a mi sí. Creo saber por dónde está ese túnel.
Siguieron caminando, sin saber que dentro del foso, alguien los sentía. Algo muy maligno los sentía.
—Qué estúpidos salieron mis hijos... Debí matar a mi mujer antes de que diera a luz, ¡yo seguiría siendo el rey de la era dorada!
La ninfa y el príncipe siguieron avanzando hacia la superficie. En su palacio, Tobirama visitaba la habitación de Izuna.
—¡Se ha ido! ¿Dónde estará? ¡Guardias, busquen a mi futuro esposo!
Me gustaría ganarme su corazón y casarme con él antes del solsticio de invierno...
El solsticio de invierno era el único día en que a Tobirama se le permitirá regresar al Olimpo. Era la desición que había tomado Mito, cuando él intentó hacerle ver a su hermano que ella no le convenía.
Mito ordenó que lo expulsaran de ahí; eran los primeros años de su matrimonio y Hashirama la quería, de modo que la obedeció. Muy mal porque el albino era su mejor consejero, pero al menos tenía a Kawarama.
Se detuvo a pensar. Si Hashirama, que estaba casado, se dedicaba a conquistar a Madara en vez de tenerlo encerrado, ¿por qué él no hacía lo mismo con Izuna?
Volvió a llamar a su guardia; los muertos, hartos, decidieron esperar que les diría su señor.
—Dejen ir a Izuna. No importa, si es feliz así, está bien.
—Como ordene, Su Majestad.
¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?
Porque no puedes obligar a nadie más a amarte, lo único que puedes hacer es esforzarte por ser digno del amor de esa persona, rezar por su felicidad y desear su bien antes que condenarlo a algo que odie.
Los tres destinos reían con alegría; pero sabían que el rey albino no estaría solo para siempre, que ese Uchiha terminaría siendo suyo. Solo debía esforzarse un poco más
Me he enojado, me siento muy mal, y aunque quiera dejar abandonado todo esto, pues, por lo visto no tengo el corazón para hacerlo.
Aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que les haya gustado 💕. Os quiero, nenes.
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𝐒𝐎𝐍 𝐎𝐅 𝐖𝐀𝐑 | hashimada
Fanfic───── ❛ 𝑒𝓋𝑒𝓇𝓎𝓉𝒽𝒾𝓃𝑔'𝓈 𝒻𝒶𝒾𝓇 𝒾𝓃 𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒶𝓃𝒹 𝓌𝒶𝓇 ❜ hashirama, el rey de los dioses, harto de su matrimonio, se fija en un rey mortal amante de la guerra Inicio: 03/09/2021 Final: 17/06...