Capítulo VI

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—¡Ya han pasado seis días, Hikaku! ¡Seis putos días! —el rey se quejaba con su mejor amigo, consejero y primo.

—Debe haber encontrado alguna chiquilla por ahí —lo intentó tranquilizar.

—No, Izuna prometió que si se tardaba mucho, me enviaría a su halcón, ¡y no hay nada!

—Consulta al oráculo —le aconsejó.

—Oh, excelente idea, gracias, Hikaku.

Fue a su habitación cuando se apareció su acosador menos favorito. Hashirama estaba ahí con su hermoso cabello castaño, sus definidos músculos y sus lindos ojos castaños. Se sonrojó cuando vio que solo estaba cubierto por una túnica de seda.

—¿Qué haces aquí?

—No has aceptado mi regalo.

—Es que es ridículo... —pero poco a poco iba cediendo a la dulce mirada del otro—. ¡Está bien, está bien!

Era una faja de oro, que le daba un aspecto femenino. A Hashirama le encantó ver la forma en la que se ajustaba a la cintura del azabache. Lo hacía ver un poco femenino. Madara salió de la habitación, enfurruñado por haber aceptado tal presente. No le molestaba eso en sí. Estaba acostumbrado a recibir regalos casi todos los días, regalos que, cabe aclarar, nunca abría. Lo molestaba el hecho de que Hashirama se iba colando poco a poco en su frío corazón.

—¡Te queda hermoso! ¡Luce tu talle de forma espléndida! —prácticamente le salían brillos de los ojos.

—Si, si. Muchas gracias... —empezó a quitársela, pero el moreno lo detuvo.

—¿No te gusta? —por primera vez tenía un tono ¿posesivo?

—Si me gusta —dijo con sinceridad—, es muy bonita. Pero voy al Oráculo y no me pueden ver así.

—Lo usarás —ordenó. Madara se sintió intimidado por su voz y asintió. Lo mejor sería cumplir los caprichos de su majestad.

—Claro... —Hashirama se sintió orgulloso de dominar a Madara, el rey mortal más temible . Madara era el único que sacaba su lado posesivo—. Seguro que a tu esposa le queda mejor.

—¿Podemos no hablar de esa mujer? Ya te dije que su mención es como una patada en los huevos —el Uchiha se resistió a preguntarle ¿A poco tienes? Eso podría ser contraproducente—.Además, si te estoy cortejando, es descortés mencionar que uno de los dos debería ser fiel.

—Me voy —se dirigió a la puerta.

—¿Te puedo acompañar?

—Si quieres —no tenía sentido decirle que no, igualmente iría. Nadie le dijo nada a su rey cuando salieron del palacio, mucho menos al moreno, quien a los ojos de los demás era simplemente un arquitecto con gran estima de su señor.

Llegaron al Oráculo, el cual residía en una muchacha que apenas y había alcanzado la mayoría de edad. Madara dejó su ofrenda a los pies de ella.

—¡Oh, gran Oráculo, portavoz de Ashura-sama! ¡Dime que ha sido de mi hermano!

—Tu hermano —una voz cavernosa salió de las entrañas de la doncella y un humo verde también—, reposará en los brazos de la muerte hasta que se cumpla un ciclo y empezará a reinar junto a él.

Después de eso, guardó silencio y en vista de que no iba a decir nada más, Madara salió enojado con Hashirama detrás. Tu hermano reposará en los brazos de la muerte hasta que se cumpla un ciclo y empezará a reinar junto a él. La profecía no tenía sentido. ¿Significaba que Izuna estaba muerto?

𝐒𝐎𝐍 𝐎𝐅 𝐖𝐀𝐑 | hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora