—Mito, quiero el divorcio.
La nombrada se levantó de un salto, con una expresión de la más pura rabia, tanto que su cara se había vuelto igual de roja que su cabello.
—¡No puedes hacerme eso! ¡Soy tu reina! ¡Soy quién mantiene la unidad de ésta familia!
—Si fueras mi reina no me engañarías con tanto descaro.
—¿Cuál unidad familiar? —dijo Tsunade, recibiendo una copa de su asistente, Shizune. —Aquí nadie se siente como en una familia. O al menos que quieres que contemos a tus otros hijos… esos…
La rubia movió su mano tratando de dar a entender que con hijos se refería a las bestias que la pelirroja había engendrado.
—Es suficiente, Mito, lo he decidido y es algo que debió pasar desde hace mucho. Nos divorciamos, Mito, te devolveré toda tu dote pero esto se acabó.
Todos en el Olimpo aprobaban aquella desición. Mito se había encargado de darles mala imagen a todos, incluso a los dioses más santos y vírgenes, como Itama y Minato.
Y hablando de Itama, este no podía alegrarse por lo que acababa de pasar. Recordando, sin duda, la promesa de ayudar a su hermano mayor, partió al palacio de cierto rey azabache, que en ese momento estaba hablando con Izuna.
Ah, por él mismo, ¿por qué casi todos en su familia más cercana sentían algo por los Uchiha…? Más le valía a Kawarama alejarse de Kagami, que era demasiado inocente para las intenciones de ese idiota.
—Rey Madara…
—¿Itama-sama? —preguntó; los dioses podían tomar forma de cualquiera, no lo puedes culpar por ser tan desconfiado.
—Seremos cuñados —dijo, haciendo que los hermanos Uchiha lo miraran como si le hubiera salido una segunda cabeza.
—Yo… yo sabía que no era un secreto precisamente el que yo soy el amante de Hashirama pero…
—¿Quieres saber la buena noticia? ¡Él y Mito se divorciaron! Ay, por mí, estoy tan feliz que podría intentar ligar con alguien.
—¿Nunca has ligado con alguien? —preguntó incrédulo el Uchiha menor, pensando en los intentos infructuosos de Tobirama por conquistarlo. Bueno… infructuosos no tanto, solo que a él y a su hermano les gustaba hacerse difíciles.
Mientras tanto, Mito ardía en celos y envidia: sabía que en cualquier momento Madara Uchiha ocuparía ese puesto, no solo como el amor de Hashirama, sino a su lado en el trono.
—¿Qué tienes? —preguntó la Envidia, sentándose cerca de la pelirroja.
—Ese maldito… ¡ese maldito! Me lo han quitado todo, Toka, me lo han quitado todo…
Toka solo se quedó viendo el desastre de llanto y moco que era su ¿amiga? Ni siquiera sabía qué eran. Se puso en pie y la miró como si la estuviera atravesando:
—La envidia es la fuente de todos los males. —Fue lo último que dijo la esbelta mujer de pelo castaño, antes de desaparecer, dándole una idea a la de ojos verdes.
La reunión de la que Madara le había hablado a Hashirama, se había movido tanto de fecha como de lugar. Si antes habían decidido hacerla en la Tierra de Fuego, ahora sería en el País de Hierro.
—¡Yo quiero ir contigo, nii-san! —exclamó, Izuna, enojado por tener que quedarse. Aquí es donde Madara se pregunta cómo Tobirama podía estar enamorado de su hermano menor.
—Entiende, Izuna, que eres el segundo al mando… el regente, si quieres verlo así. Si te vas conmigo, nuestros enemigos pueden aprovechar para atacar Konohagakure. ¿De acuerdo?
Izuna asintió a regañadientes. No quería alejarse de su hermano mayor. Además… lo sentía raro, diferente, y algo le decía que Hashirama había tenido que ver con eso.
Izumo y Kotetsu se colocaron al lado de su señor para escoltarlo, ellos serían su guardia, pues el Uchiha confiaba ligeramente en ellos después del incidente con esa chica de la cual ya ni siquiera recordaba su nombre.
Madara miró a Kotetsu de reojo: el efecto de la poción de amor dejó de hacer efecto y ya no tenía un comportamiento arrastrado hacia Izumo.
Mientras el Uchiha pensaba en el romance que podía haber entre sus dos soldados, Izumo y Kotetsu iban notando cosas raras en Madara.
Les hubiera tomado medio día llegar a la frontera a caballo, pero el Uchiha tenía ganas constantes de ir al baño los retrasó.
Ya era de noche cuando pasaban cerca de una posada, entonces Izumo habló:
—¿Madara-sama, se siente bien?
—Sí, claro que sí…
Pero Madara no se sentía tan bien como decía, pero tampoco podía hacer un drama por unas simples ganas de ir al baño, como rey tenía que proteger Konoha, ¡no hacer caprichos como el mimado en el que había convertido a Izuna!
Su mente y sus recuerdos quisieron volar a esa noche íntima y pasional con Hashirama, pero llegaron a un recuerdo en donde se oía muy clara la voz de Naori: “De alguna manera, usted tiene un aparato reproductor femenino y…”.
¡No! Kami, no. Sí eso era verdad… Entonces yo tengo óvulos, yo dejé que Hashirama terminara adentro… eso quiere decir…
¿Podría ser? ¡No! Él no podía… él no podía embarazarse, ¿verdad? ¡¿Verdad?!
—Madara-sama, definitivamente no se ve bien —intervino Izumo, mirando al rey y luego a su compañero. —Nos detendremos aquí.
—Izumo, pareces olvidar que el rey soy yo…
—Sí usted no está bien, el pueblo tampoco lo estará, Madara-sama —esta vez Kotetsu habló y entre los dos, metieron a Madara a la posada.
Madara fue a deshacerse de las necesidades, de ciertas necesidades que ya se habían vuelto molestas, y regresó nuevamente. Izumo parecía haber olvidado de que Madara era su señor y más bien lo trataba como si fuera un pequeño niño enfermo. Eso parecía… raro. Nunca nadie lo había tratado así —Hashirama no contaba—, estaba seguro de que ni siquiera su madre.
Comió y cuando despertó en la madrugada, ya no pudo dormir, así que salió nuevamente… solo para que una lluvia dorada cayese sobre él.
—¿Hashirama? —susurró, no quería despertar a nadie y luego frunció el cejo, pues sentía que su amado era el único idiota capaz de orinarle encima.
—Me siento celoso —sí, claramente era ese tonto—. Creo que tus guardias están muy cerca de ti y…
—No digas tonterías. Yo solo… yo solo… —Agh, ¿por qué tenía problemas para decir cosas románticas? Respiró—. Además yo te amo a ti.
—Aaaww, yo también te amo mi belleza. Venía a desearte un buen viaje…
—¿Y para eso tenías que orinarme?
—¡No es orina! —Hashirama se sentía insultado—. Es lluvia de oro.
—Ah, ya.
Sintió un beso en su frente.
—Te veré en la boda.
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𝐒𝐎𝐍 𝐎𝐅 𝐖𝐀𝐑 | hashimada
Fanfic───── ❛ 𝑒𝓋𝑒𝓇𝓎𝓉𝒽𝒾𝓃𝑔'𝓈 𝒻𝒶𝒾𝓇 𝒾𝓃 𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒶𝓃𝒹 𝓌𝒶𝓇 ❜ hashirama, el rey de los dioses, harto de su matrimonio, se fija en un rey mortal amante de la guerra Inicio: 03/09/2021 Final: 17/06...