➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟗 ᘒ ꒦ 🜸

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Después de haber razonado bien las cosas, se autoconvencieron que después de todo, tenían que seguir su camino con o sin sus caballos. Aunque quisieran hacer algo al respecto, no podían. Jisung se sentó en el pasto y tomó su cabeza con ambas manos, murmurando algo que para el mariscal era inaudible. Mientras tanto él, sólo recargo su peso en la cerca donde hace unas horas yacían los caballos, y bajó la cabeza cerrando fuertemente los ojos. En ese momento, Jaemin vino a sus pensamientos.

Recordó esa hermosa sonrisa que iluminaba la suya a cada instante, la risa contagiosa proveniente de su voz, la primera vez que probó de aquellos labios que, desde ese momento, se convirtieron en su droga. Sintió nostalgia por ese día, como olvidar esa vez, cuando reveló lo que realmente sentía por él, cuando abrió su corazón y, lo más importante.

Cuando fue correspondido.

Levantó su mirada al horizonte y apretó fuerte los labios. A su mente vino aquella noche. Esa noche en la que ambos se habían entregado en cuerpo y alma. Recordó aquellos largos dedos deslizarse por su espalda mientras ambos se movían en una perfecta sincronización. Los suspiros, los besos, las lágrimas debido al placer. Se prometió a sí mismo jamás olvidar aquella noche, nunca... Jamás la olvidaría. Prometió mantenerla en su mente hasta el final de sus días. Sin darse cuenta, sus ojos se iban cristalizando poco a poco y esto llamó la atención del joven gladiador, quien yacía parado a un lado de él mirándolo con preocupación.

"Oye, Jeno... ¿Te encuentras bien?". Preguntó Jisung, poniendo una de sus manos en el hombro ajeno. El mariscal apartó la vista del horizonte y parpadeó rápido, causando que dos gruesas lágrimas resbalaran por sus mejillas. Asintió lentamente limpiando las gotas saladas con sus pulgares. Tan solo pensar en que alguien más se casaría con su Príncipe, hacía que un hueco enorme se hiciera en su pecho. En su mente imaginó a Jaemin siendo el nuevo Rey... con una Reina a su lado. "Oye, oye... ¡Jeno! Tranquilo... ¡Todo va a salir bien!". Habló Jisung alarmado, debido a que Jeno comenzó a soltar lágrimas cada vez que parpadeaba.

"Sé que ahorita no estamos en una situación muy buena, pero ¡demonios! Somos guerreros... ¡Podemos con esto! Sólo hay que seguir, ya sea caminando. Puede que consigamos ayuda en el camino y así poder llegar a tiempo al palacio. Jeno... Debemos continuar". Dijo con voz firme mientras tomaba sus cosas y empezaba a caminar, dejando al mariscal un poco sorprendido. No recordaba la última vez que había llorado de esa manera, se sentía ridículo. Pensó en las palabras de su compañero. Tanía razón. Tomó las demás cosas y dio un fuerte suspiro alcanzado en seguida a Jisung. Ya estando a su lado, murmuró un débil "gracias" y el joven gladiador le sonrió en respuesta. Debían avanzar tan siquiera un poco. Aún tenían suficientes provisiones. Pero algo que atormentaba mucho a Jeno, era que el camino hacia el palacio era de un día si se daban prisa, a pie, jamás llegarían a tiempo.

Después de caminar por un par de horas, ambos ya respiraban con un poco de dificultad, ya que no solo eran sus propios cuerpos lo que tenían que cargar, sino las provisiones. El sol ya se estaba ocultando dándole un tono anaranjado al cielo. Al menos ya no se sentía tanto calor como en un principio. Sus pasos se hacían cada vez más lentos y Jisung vio esa una oportunidad para poder preguntar al mariscal, lo que desde hace rato tenía en mente. "¿Por qué lloraste de esa manera?". Dijo con voz suave, haciendo que la vista de Jeno se posara en él de inmediato. No se esperaba aquella pregunta. Miró de nuevo al frente y soltó un pequeño jadeo, debido al cansancio. "Sólo... Extraño como eran las cosas en un principio. Si te das cuenta, muchas cosas han cambiado".

Jisung asintió lentamente, mientras daba un trago a su cantimplora. "Creo que tienes razón, más o menos desde que tú llegaste". Dijo en tono de burla, ganándose un codazo de parte de Jeno. "De hecho, pensé que llorabas por el Príncipe, lo que está pasándole de verdad no es justo. Y como tú eres su guardián, debes sentirte responsable... ¿O me equivoco?". Preguntó Jisung ladeando su cabeza. Jeno rio un poco, negó levemente con la cabeza, pero de repente poniéndose serio. "Él... Se hizo muy importante para mí". Dijo con una voz débil, llamando la atención de Jisung, quien un poco intuitivo levanto una ceja mirando de reojo al mariscal. Aquello había sonado muy profundo. Pero antes de que pudiera decir algo, Jeno se detuvo de inmediato con la vista enfrente, mirando un punto en específico. El gladiador frunció el ceño. Le iba a preguntar qué era lo que pasa, pero al seguir la vista de lo que estaba mirando su compañero, sus ojos se abrieron en sorpresa.

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