➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖 ᘒ ꒦ 🜸

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El caballo empezó a correr hacia el palacio con un tosco andar, Mark y Jeno se mantenían en un completo silencio. En la mente del mariscal no rondaba otra cosa más que Jaemin. De verdad estaba preocupado y no lo podía disimular, ya que cada ciertos minutos, este le preguntaba al que comandaba el caballo, cuánto tiempo faltaba para llegar al reino. Pero la respuesta siempre hacía que la presión en su interior aumentara considerablemente.

"Ya falta poco".

No fueron ni diez minutos cuando Jeno logró ver una parte del palacio. Dio unas cuantas palmaditas al estómago de Mark para que se diera más prisa y, después de un largo momento, ambos se encontraban ya al frente de la gran puerta. Un soldado a cargo de la vigilancia fue el que les dio acceso para poder entrar, ya que reconoció enseguida al guardián y al amigo del Príncipe.

Después de entrar, el caballo aún no había parado su andar cuando Jeno dio un peligroso salto para correr por sí mismo a las puertas principales, aun con las palabras de advertencia de Mark, este sólo se levantó del piso, pues había caído mal, y con prisa se adentró al palacio lo más rápido que pudo. Sabía que estaba sobreactuando, pero no podía evitarlo, tal vez la vida del Príncipe estaba en peligro, o la de alguien más, no lo sabía, pero la duda lo estaba carcomiendo por dentro. Así que, sin poder esperar a Mark, se dirigió a la primera sirvienta que se encontró y con voz desesperante, empezó a exclamar. "¿Dónde está el Príncipe? ¿Pasó algo malo con la guerra? ¿Dónde está el Rey? ¡Por favor, diga algo!".

Y en ese momento, sintió como un brazo lo jalaba lejos de la criada, quien miraba con cara de espanto al mariscal. Mark lo detuvo del pecho y con voz calmada empezó a hablar. "Debes calmarte primero, no deberías actuar así, en primer lugar... Nada malo le ha pasado al Príncipe, ¿te queda claro?". Dijo Mark mientras con una mano soltaba poco a poco el pecho de Jeno y este abrió los ojos al escuchar lo que había dicho su amigo. El Príncipe se encontraba bien. Una paz empezó a sentirse en su pecho y soltó un suspiro de alivio silencioso. Pero entonces la pregunta era, ¿qué había pasado?

"Mark, explícame lo que está pasando, por favor". Habló Jeno mientras se alejaba un poco y pedía disculpas a la sirvienta de hace un momento. El nombrado sólo cerró los ojos y soltó un suspiro asintiendo con la cabeza. "Por favor, sígueme".

Mark empezó a caminar tranquilamente mientras Jeno levantaba una ceja siguiéndolo de inmediato. Un poco lento, ya que los golpes que había recibido no eran broma, se sentía mal físicamente y no había duda de que necesitaba un doctor. Pero no quiso decir nada aún. Se posicionó a un lado de Mark y se limitó a mirarlo con curiosidad mientras ponía una de sus manos en el estómago. Comenzaba a dolerle.

"¿Cómo supiste de la guerra?". Preguntó el mariscal mientras desviaba su vista al frente. Mark hizo lo mismo y aclaró su garganta antes de hablar. "Haechan y yo tuvimos algo de contacto durante estos últimos días, pero a la última hora me avisó lo de la emboscada y vine lo más rápido que pude. Deberías agradecérmelo, creo que hoy salvé tu vida". Habló con la voz tranquila mientras seguía caminando. Jeno miró el suelo mientras hacía unas muecas por el dolor. "En ese caso, muchas gracias". Dijo y como respuesta recibió una pequeña sonrisa de Mark.

"Irás al médico después de lo que te voy a mostrar, veo cómo te agarras las costillas y tu cara de dolor no me agrada demasiado". Habló Mark, pero Jeno no le prestó atención, la única cosa que rondaba su mente era más importante para él. "¿Dónde está el Príncipe?". Dijo en un hilo de voz y esto hizo que Mark se pusiera serio al instante. "Lo sabrás en un momento, mariscal".

Caminaban por los pasillos en un silencio abrumador, sólo se podían escuchar las pisadas de ambos y uno que otro tosido de Jeno. Pero después de un momento, Mark paró en una gran puerta que Jeno reconoció al instante.

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