! ׅ࣪ lealtad silenciosa ׅ ࣪ nomin ✶ ~ ࣪ ׅ

➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓 ᘒ ꒦ 🜸

Haechan había explicado a los soldados lo que necesitaban hacer y estos con mucho gusto lo hicieron. Este mismo no sabía cómo manejar la situación, ya que sólo tenía unos cuantos soldados con ellos. Casi la totalidad de los cadetes fueron mandados a la frontera de Busan y su reino, y si el número de soldados que Jeno y Chenle habían dicho era correcto, no tenían ninguna posibilidad de ganar.

300 de un lado y 500 de otro. Si ese número era exacto, no iban a tener esperanza. Sólo tenían 400 soldados que se encontraban actualmente en el palacio. Haechan suspiró mientras miraba a la ventana, pensando, analizando.

Eso era claramente suicida, Haechan se odiaba a sí mismo por no entender las cosas antes de que sucedieran. Él sabía. Sabía que el otro reino estaba planeando algo, sin embargo, sólo lo hizo a un lado. Todo era claramente su culpa. Estaba furioso y en realidad no sabía qué hacer. Era su primera vez sintiéndose completamente inútil. Ahora, le daba vergüenza mostrar la cara al Rey, quien confiaba totalmente en él.

"Sabes que esto no es tu culpa, ¿verdad?". Oyó la voz del Príncipe en dirección a él. Cuando levantó la vista hacia Jaemin, este le regaló una pequeña sonrisa, pero se podía ver la obvia preocupación en sus ojos. Haechan, aun después de conocerlo perfectamente, se sorprendía al notar la tranquilidad del Príncipe, pero luego, recordó que era evidente que todo estaba planeado de esa manera.

No entrar en pánico.

Fue una de las lecciones que el Rey enseñó personalmente a su hijo. Haechan nació en los barrios pobres, de modo que, cuando fue llevado al palacio, descubrió la verdadera razón por la que, en ese entonces, odiaba al Príncipe. Este estaba vestido siempre con ropa muy bonita, comía los platillos más ricos que en sus barrios pobres jamás se le podría permitir. Haechan descubrió la verdadera razón por la que fue llevado al palacio en primer lugar, fue para servir al Príncipe toda su vida, él no lo creía. No quería creer aquello.

Él, estaba dotado de una inteligencia que nadie podía imaginar, así que le costaba creer que debía permanecer en el palacio sólo para servir a un Príncipe malcriado y egoísta. Estaba más que furioso cuando se enteró. Pero, por supuesto, pronto se dio cuenta de que estaba realmente equivocado acerca del Príncipe. Acerca de todo. Durante los primeros días de su estancia en el palacio con el Príncipe, se dio cuenta de que su "egoísmo" es lo último que se podía esperar de Jaemin. Era demasiado bueno, ponía en primer lugar a sus seres queridos, en su lugar. Se sorprendió mucho cuando el Príncipe le prestaba su ropa, no se enojaba cuando las prendas tenían una rotura, observó cómo Haechan y Jisung se reían cuando Jaemin trataba de ayudar a caminar a una pequeña ave. Pero él no, él lo admiraba de una manera especial.

Antes de ir al palacio odiaba con todo su ser a ese pequeño individuo. Pero cando llegó la oportunidad de conocer a este último, obviamente, esa persona era un regalo de lo que las personas llamaban "Dios". El Príncipe haría cualquier cosa por cualquier persona, pediría a sus sirvientes que descansen aun estando ellos en servicio, ya que los veía agotados. Se dio cuenta de que el Príncipe no actuaba como uno en absoluto. Y durante su estancia en el palacio, durante todos esos años, se dio cuenta de que servir al Príncipe, era todo un honor.

Sí, Jaemin era su Rey. Y estaba seguro de que no era el único, cuando Jisung, Chenle y Renjun llegaron por primera vez al palacio, todos pensaron de la misma forma acerca del Príncipe. Y a medida que pasaban los años, ninguno de ellos lo admitió, pero Haechan estaba seguro. Estaba seguro de que todos ellos, también veían a Jaemin como su único Rey.

"Tienes razón". Haechan dijo mientras hacía todo lo posible para relajarse. Inspiró un poco de oxígeno y luego espiró, después miró el piso. Tenía que pensar en un plan. Un plan para poder sobrevivir y donde el Príncipe esté completamente a salvo. Miró a Jeno por un momento y, luego a Jaemin. Estaba a punto de decir algo, pero se vio interrumpido por el fuerte sonido de la puerta abriéndose y luego cerrándose de golpe. Unos pasos se podían escuchar cada vez más cerca.