➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟗 ᘒ ꒦ 🜸

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Jeno, en todo lo que llevaba de vida, jamás sintió algo tan profundo y placentero, ni siquiera cuando uno de los soldados le suplicaba por su misericordia cuando estaba a punto de matarlo. Tampoco cuando le dieron el título del Mariscal más joven del mundo, no. Ni siquiera eso. Se había dado cuenta que la mejor cosa existente en el planeta, era sólo una persona, y esa persona tenía nombre.

Jaemin.

En ese momento, tanto el mariscal como el Príncipe, habían estado besándose por mucho tiempo, ni siquiera les importaba que alguien entrara a la habitación, tanto, que el calor de sus cuerpos se fue acumulando al nivel de empezar a sudar. Ambos en una posición demasiado comprometedora. Y no tenían planes de detenerse ahora, sólo lo hacían para tomar aire, y chocar de nuevo los labios, con muchas, demasiadas ansias.

Jeno se había dado el permiso para empezar a acariciar con sus manos todo el abdomen del Príncipe por debajo de la ropa. Que, para mente del mariscal, empezaba a estorbar. Pero no quería ir tan rápido. No. Quería ir a la velocidad que le permitiera Jaemin. Pero realmente era difícil contenerse. Demasiado difícil. Y más cuando el Príncipe empezaba a gemir por cualquier caricia que pasara por su piel. Pero lo que más lo sorprendía, era que Jaemin no lo había detenido, ni siquiera cuando en ese mismo momento, Jeno empezó a desabotonar la camiseta de este. Moría por ver con sus propios ojos la piel que se ocultaba debajo de esa ropa, quería saber qué tanta suavidad había en ella, Jeno quería todo de él.

Jaemin por otra parte, no pensaba correctamente en ningún sentido, sentir el cuerpo de su mariscal arriba de él, era algo que le encantaba en su totalidad. Tanto que, desvió sus manos de la nuca de Jeno hacia donde se encontraba el abdomen de este. Empezó a acariciar al mismo tiempo que sentía cómo su camiseta era desabotonada poco a poco. Sintió un estremecimiento por todo su cuerpo y allí es cuando se dio cuenta que empezaba a tener un poco de miedo. Sin embargo, lo dejó pasar porque no podía negarlo, lo estaba disfrutando. Así que se dio el lujo de meter ambas manos debajo de la ropa de Jeno, sintiendo de inmediato los formados músculos de su abdomen.

Soltó un jadeo ante eso, delineó con su lengua el labio inferior de su contrario y, después de un rato, inconscientemente, Jeno juntó ambos cuerpos haciendo que el Príncipe sintiera la dureza de su adversario. Abrió los ojos y separó ambas bocas haciendo que sonara un chasquido.

"Espera, espera... Sólo, un momento". Dijo con una delicada voz mientras observaba como Jeno se alejaba de inmediato.

Jeno se sentó en la cama y vio como el Príncipe tomaba una profunda respiración para después, sentarse junto a él. Jeno miró sus manos nervioso mientras trataba de regular su respiración, se había empezado a excitar, pero se repitió mentalmente que necesitaba autocontrol. "Yo... Lo lamento...". Habló el mariscal de campo mientras se limitaba a mirar a Jaemin, quien frunció el ceño ante lo dicho. "¿Por qué te disculpas?". Replicó el Príncipe.

"No quería... Bueno, no debí apresurarme tanto". Habló en voz bajita mientras daba un suspiro. Esto hizo que un sentimiento de culpa creciera en el pecho de Jaemin. "Después de esto... ¿Tienes algo que decirme?". Preguntó al mariscal y este enseguida levantó la vista hacia él.

¿Debería decírselo? Se preguntó Jeno mientras tragaba saliva, en toda su vida como mariscal, era la primera vez que sentía tanta presión, después de compartir un momento tan íntimo, palabras cuerdas no pasaban por su mente. Así que, soltó un silencioso suspiro y asintió con la cabeza. "¿Quieres saber la verdad?". Preguntó, asegurándose de que este momento era real y no sólo un sueño.

"Por supuesto que sí, Jeno". Contestó Jaemin y en ese momento, vio como el mariscal se acercaba de nuevo dando un pequeño beso en sus labios. "Desde que llegué al palacio y puse por primera vez mis ojos en ti, hubo algo que no me permitía dejar de verte". Se acercó más y esta vez, Jaemin tuvo que retroceder un poco, ya que Jeno lo había empezado a besar de nuevo, su espalda chocó con la gran cabecera mientras correspondía al beso de igual manera. Pero Jeno se separó. "Eres tan hermoso...".

En eso, el mariscal de campo subió de nuevo a la cama y chocó ambos labios en un apasionado beso, haciendo que Jaemin soltara un gemido. Lo tenía que decir. Debía decírselo, al menos debía darse una oportunidad y no ocultarlo para toda la eternidad. Así que, poco a poco acostó de nuevo al Príncipe quedando arriba, dejando pequeños besitos hasta que por fin ambas bocas se separaron. Jeno recargó su frente con la contraria y miró a los ojos de Jaemin, quien hacía exactamente lo mismo.

"Necesito que escuchas bien lo que te voy a decir, puede que después me arrepienta, pero ya no puedo seguir ocultándolo más". Habló Jeno y el Príncipe sólo se limitó a asentir mientras ponía ambas manos en la cara del mariscal. "Cuando Chenle me avisó que vendría aquí para custodiarte, dios... Yo me enojé demasiado. No te conocía y pensaba que eras un niño mimado y egoísta. Pero después...". Cerró los ojos un momento y negó leve con la cabeza. "No sabes cuánto me odio por ello. Eres la persona más hermosa y humilde de todo el reino, sino es que de todo el mundo. Cuando te conocí, pensé haber conocido a un ángel. Es por eso que me enamoré de ti. Trataba de no hacerlo, de verdad lo intentaba... Pero Jaemin, me tienes comiendo en tu mano".

>> Tu sonrisa... Cada vez que lo haces, le haces un favor al mundo. Cuando practicamos juntos, nunca te rindes y pase lo que pase... Siempre tienes esa sonrisa en tu rostro. El día que te saqué del palacio para llevarte afuera, estuve a punto de decírtelo. Jamás olvidaré ese momento, no sólo porque los enemigos nos encontraron y esos gemelos imbéciles nos arruinaron todo, sino porque ese día, brillaste. Tú brillaste al sonreír de esa manera. Y me gustabas cada vez más. Me gustas. Y daría mi vida por la tuya, daría todo para que estés bien. Odio cuando lloras, ser mariscal te hace ser fuerte, pero no puedo contra eso. Jamás podré. Y no me preguntes cómo pasó todo esto... Porque ni siquiera yo lo sé.

Cuando el mariscal terminó de hablar, se atrevió a mirar los ojos del Príncipe, al hacerlo, ambos se quedaron en un silencio tranquilo. Lo único que se escuchaba eran sus respiraciones y los fuertes latidos provenientes del corazón de Jeno. Todo lo que había dicho era la verdad, jamás había sido tan honesto como en ese momento, y por alguna razón, en su interior poco a poco se instalaba una tristeza al ver como Jaemin trataba de comprender todo lo que se le había dicho. ¿Y si lo rechazaba? ¿Cómo iba a continuar siendo su guardián mientras ya todos sus sentimientos estaban descubiertos?

Cerró los ojos y asintió leve con la cabeza mientras empezaba a levantarse. No quería ver como el Príncipe lo negaba de esa forma, las ganas de llorar empezaron a aparecer. Pero se mantuvo fuerte.

Sin embargo, sintió como el Príncipe se sentaba y lo tomaba del mentón forzando a verlo a los ojos, grande fue su sorpresa al sentir los suaves labios de Jaemin, obviamente correspondió y llevó al instante ambas manos a las muñecas del Príncipe, quien lo agarraba fuerte por la nuca.

Se disfrutaron un poco más, segundos, o tal vez minutos, hasta que Jaemin se separó poco a poco y miró a los ojos a Jeno, no podía levantar la mirada aún. No sentía el valor para mirar cara a cara a su Príncipe. Pero grande fue su sorpresa al escuchar como esas simples palabras eran pronunciadas por la persona enfrente de él. Ahora sí, tenía ganas de llorar, pero no de tristeza. Sino:

De felicidad.

"También te amo".

➶ ໑ 𝐇𝐨𝐥𝐚 𝐂𝐡𝐮𝐥𝐱𝐬 ᘒ ꒦ 🜸

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➶ ໑ 𝐇𝐨𝐥𝐚 𝐂𝐡𝐮𝐥𝐱𝐬 ᘒ ꒦ 🜸

↬ Recuerden dejar sus lindos comentarios y su estrellita, gracias por leer bus y nos vemos en próximos capítulos.

↬ Ahora yo también tengo ganas de llorar, al fin revelaron sus sentimientos, que felicidad todo esto (se va a llorar). 4/5.

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