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Ꮺ ָ࣪ capítulo O9 𓂃

"Está bien, con esto debería ser suficiente por hoy".

En el momento en que el Príncipe oyó aquello, inmediatamente se desplomó en el suelo mientras trataba de recuperar el aliento. Jeno levantó una ceja al ver como hacía todo lo posible para recuperar el aliento, tendido en el suelo. El mariscal pensó que Jaemin no estaba actuando como un Príncipe en absoluto.

Normalmente, para todos, la imagen de un Príncipe en su cabeza es que son, arrogantes, groseros, maleducados y no les importa una sola cosa acerca de los otros. Pero este Príncipe, es la imagen contraria de lo que Jeno tenía en mente. Él no se preocupa por lo que la gente piense acerca de él, era demasiado bueno para su propio bien, además, trataba a todos sus trabajadores con la mayor sonrisa que se puede regalar.

Jeno simplemente se rio al ver al Príncipe tendido en el suelo mientras trataba de recuperar el aliento. Se acercó y miró hacia abajo donde estaba el Príncipe. "¿Qué estás haciendo? Frío en lo recién caliente, se pude enfermar". Dijo Jeno con una enorme sonrisa en sus labios mientras el Príncipe sólo se sentó con pereza y cerró los ojos.

"Lo siento, sólo estoy cansado". Dijo el Príncipe y luego suspiró. Jeno simplemente se rio y luego se sentó en el suelo con este último quedando frente a frente. Sonrió mientras miraba a su contrario. Se veía con mucho sueño y realmente cansado al mismo tiempo. Pero por supuesto, Jeno no pudo dejarlo dormir así.

"Hey, si quieres dormir, primero cambia tu ropa... Estás muy empapado". Jeno dijo y luego tomó una de las manos del Príncipe con suavidad mientras se levantaba. "Vamos". Murmuró, pero el Príncipe no se movió en absoluto. Se quedó sentado allí, con los ojos cerrados y empezando a perder el equilibro de su cuerpo. Obviamente cansado.

Jeno suspiró y luego se sentó frente al Príncipe de nuevo, mirándolo. Había exagerado un poco con el entrenamiento, tal vez. Debió haberle hecho caso a sus sentidos cuando este ya estaba cansado, mas el Príncipe no había dicho nada. El mariscal sonrió y pellizcó con ternura la nariz del Príncipe. Este abrió sus ojos por un momento y luego frotó su propia nariz, para después cerrar de nuevo sus ojos.

Jeno sólo suspiró una vez más, se arrodilló y se dio la vuelta dejando su espalda a la vista del Príncipe. "Aquí, vamos, yo te llevo, ¿está bien?". Dijo Jeno y esperó por un momento, no había nada más que el silencio entre los dos, pero después de unos segundos, Jeno logró escuchar unos movimientos tranquilos de ropa y luego sintió como las manos de Jaemin lo rodeaban por el cuello.

Jeno suspiró un poco y luego colocó sus manos en los muslos del Príncipe, después se puso de pie con cuidado de no caer ni desestabilizarse. Sintió como las manos apretaban un poco más alrededor de su cuello, pero no lo suficiente como para hacerle daño. Empezó a caminar, dejando los bastones de entrenamiento donde los habían tomado.

"Eres mucho más fuerte de lo que pensaba, puedes llevarme fácilmente...". El Príncipe murmuró con voz perezosa y esto hizo que el mariscal soltara una risita. Es cierto que era bastante fuerte, y estaba orgulloso de eso, pero la razón por la que lo podía llevar con tanta facilidad era otra.

"Eres demasiado delgado, a todo esto... ¿Estás comiendo correctamente?". Dijo Jeno, pero el Príncipe sólo se rio en silencio, después se hizo el silencio entre ellos una vez más. Jeno pensó que su adversario se había quedado dormido, por lo que sólo siguió caminando hacia la recámara, pero luego, el Príncipe envolvió un poco más sus brazos en el cuello del mariscal recargando su cabeza en el hombro contrario, al sentir eso, se sorprendió.

"Hueles bien...". Dijo de repente el Príncipe entre dientes y Jeno se detuvo por un momento y luego miró la cabeza que estaba apoyada en su hombro. "¿Se supone que es una broma?". Jeno dijo con ironía, pero no recibió respuesta, sólo se rio porque esta vez, el Príncipe sí se había dormido.