➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟑 ᘒ ꒦ 🜸

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"¿Por qué hace esto?". Preguntó Jisung en un hilo de voz, se levantó poco a poco cuando Chenle había despertado. Miró por un segundo a Jeno, quien tenía su mirada clavada en el Príncipe, ninguna emoción se encontraba en sus caras. Todos esperaban una reacción por parte del mariscal debido a la indicación que había dicho el Rey, sin embargo, no hubo nada. "¿A qué te refieres?". Preguntó este frunciendo el ceño en forma de desagrado. "No hay nada más que discutir, tú y los demás pueden retirarse a los deberes que ocupan, pero Lee Jeno se queda conmigo".

"¡No nos podemos ir, no dejaremos a uno de nuestros amigos para que sea asesinado por un traidor como usted!". Gritó con furia el joven gladiador mientras se acercaba amenazadoramente al Rey, quien ni se inmutó en retroceder un poco, al fondo Jisung pudo escuchar un pequeño susurro de Jeno diciéndole que se detuviera, pero no podía dejar que las cosas marcharan de esa forma. Si Jeno no iba a hacer nada al respecto, él lo haría. "¡Ellos dos se aman joder! ¿Ni siquiera existe un poco de compasión en ese frío corazón que usted posee? ¡Al menos debería estar orgulloso de su hijo, de haber encontrado el amor de su vida, ellos dos juntos podrían gobernar este reino mejor que usted! ¡Debería poner a ambos en el trono ahora miso y toda esta basura terminaría!". Finalizó el gladiador arrastrando al Príncipe y poniéndolo a un lado del mariscal. Haechan y Mark ayudaron a Chenle a levantarse, los tres se quedaron observando un poco sorprendidos la reacción de Jisung hacia el Rey, no habían visto al chico tan enojado. "Si tan solo usted amara a su esposa como es debido, comprendería el dolor que ellos sienten en este momento. Al estar en esta posición, al estar a punto de perder a la persona que aman". En ese momento, uno de los guardias proporcionó un fuerte golpe en la cara del gladiador, debido a que el Rey con una indicación con la mano se lo ordenó.

Chenle de inmediato corrió para ayudarlo junto a Jeno, mientras Jaemin apretaba los puños y bajaba la mirada negando levemente con la cabeza, el Rey lo miraba con una pequeña sonrisa y levantando una ceja, empezó a hablar: "¿Qué es lo que vas a hacer al respecto Jaemin? Este es mi reino y yo quiero a Jeno muerto, dime... ¿Qué es lo que harás...?". Después de decir aquello, empezó a caminar directo a la puerta principal, pero antes de salir, volteó su mirada a uno de los oficiales. "Traigan a estos dos conmigo...". Sonrió, y después volteó para retirarse junto con los guardias, excepto por tres, uno de ellos tomó por los brazos a Jeno, obviamente el peliblanco ponía resistencia, pero el viaje al palacio lo había debilitado demasiado, así que no puso la fuerza necesaria para poder zafarse. Jisung había intentado ayudarlo, pero le fue imposible ya que otro guardia lo sujetó fuerte del cuello con uno de sus antebrazos. Jaemin sólo veía con lágrimas en sus ojos al mariscal, obviamente les suplicaba a los guardias que lo dejaran en paz, pero aquello no cambiaba nada. El Príncipe sintió como era empujado hacia la salida y allí es cuando cerró los ojos para no observar más. Aún no se atrevía a contradecir a su padre, después de todo, era su misa sangre, su progenitor. Su familia.

Pero aquello lo hacía sentir un tonto, después de todo lo que le habían hecho a él y a Jeno, a su madre, a todos los que habían sido testigos de su traición. Aquello lo hacía sentir una escoria, pero por más que pensaba en una solución, a todo lo que había pasado, a todo eso... No la encontraba. Sólo un pensamiento pasaba por su cabeza, era el único, pero totalmente imposible para él: Matar a su padre.

Después de que el mariscal y Jisung salieran de aquella gran sala, los guardias encerraron a cada uno en una celda diferente, pero para suerte de ambos, cada celda estaba justo al lado. Jeno de inmediato se apegó a los barandales y empezó a gritarle a los oficiales. "¡Quiero hablar con el Príncipe! ¡Déjame verlo! ¡Por favor... Tan solo déjame ver a Jaemin una vez más!". Pero obviamente, estos cerraron la puerta sin decir ni una palabra. Jisung suspiró y volteó su mirada al mariscal, quien agachó la cabeza en son de desesperación, chasqueó la lengua. "Jeno... ¿Sabes? Él no puede matarnos, si pensamos bien... No tiene ninguna posibilidad en deshacerse de nosotros... ¡¿Por qué no sólo lo matamos nosotros y tú te vas lejos con Jaemin?!". Exclamó el joven gladiador tratando de hacer la situación mejor, pero Jeno tan solo levantó la cabeza negando levemente. "Eso pondría en riesgo la vida de Jaemin... Jisung... Yo daría mi vida por él, de verdad... Daría todo si se trata de él".

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