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⊹ ᨘ໑ ¡ lee jeno, reconocido como el mariscal más joven del mundo, a peleado en guerras por su reino, sus títulos obtenidos por su honorífico historial. Un chico cálido, pero realmente fuerte, gracias a su actitud confiada y de...
El sol se asomó por arriba del horizonte, haciendo que uno de los rayos cayera exactamente en la cara de Jeno. Quien arrugó la cara en desagrado y abrió los ojos acostumbrándose a la luz, sintió un brazo tomándolo muy fuerte de la cintura, y cuando levantó su mirada, no pudo evitar sonreír. El Príncipe se encontraba durmiendo plácidamente, mientras soltaba respiraciones tranquilas. Observó con detenimiento sus facciones. Joder... En serio ese hombre era hermoso. Poco a poco fue recordando lo que había pasado la noche anterior y su rostro se pintó de un lindo carmesí al saber que habían tenido sexo toda la noche. Llevó una de sus manos a acariciar la cara de Jaemin. Se las arregló para zafarse del agarre en su cintura y poco a poco se posicionó arriba, poniendo ambos brazos a cada lado de la cabeza de Jaemin, para así no aplastarlo.
Se inclinó y dejó un pequeño beso en los labios de su Príncipe, repitió la acción hasta que Jaemin empezó a abrir los ojos y al notar lo que el mariscal estaba haciendo, capturó su boca empezando un beso un poco más largo, Jeno abrió los ojos, pero no se separó, todo lo contrario. No era un beso apresurado, sino uno lento y profundo, donde ambos disfrutaban el tenerse el uno al otro.
"Que hermosa forma de despertar... Aun viviendo en un palacio, esto no se compara con nada". Dijo con voz ronca Jaemin una vez que sus bocas se separaron. Como respuesta obtuvo una risita de Jeno. "Me encantó estar contigo. De verdad, me diste la mejor noche de mi existencia". Habló el mariscal mientras acariciaba la cintura de su contrario, quien soltó un suspiro y asintió lentamente atrayendo la cara de Jeno para besarlo. Inconscientemente ambos empezaron a provocarse entre sí, era aún temprano, así que se dieron un poco de su tiempo para hacerlo una vez más. ¿Por qué no? Se deseaban con locura.
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Fueron rápidos, ya que tenían cosas que hacer, una vez terminaron, ambos se vistieron adecuadamente con la misma ropa del día anterior, ya que obviamente, no llevaron cambio. No tenían planeado nada. Jeno acabó de ajustarse su cinturón mientras veía como Jaemin peinaba su cabello un poco más decente. Si tan solo no hubiera problemas con la realeza, esto no estaría pasando. Terminó de arreglarse y le tendió una mano al Príncipe antes de regalarle una sonrisa. "¿Nos vamos?". Preguntó y el Príncipe aceptó su mano mientras asentía.
Lentamente salieron de la torre, caminaron despacio mientras cada uno vigilaba un lado, por si aparecía uno de los guardias superiores. Salieron de ese lugar e inmediatamente localizaron el palacio, que se veía un poco más desolado que el día anterior. Ambos fruncieron el ceño ante eso. ¿Qué se suponía que estaba pasando? A lo lejos divisaron a Mark, quien hablaba cómodamente con Chenle, dudaron en si acercarse o no, ya que no estaban al tanto de lo que estaba pasando. Optaron por seguir caminando hacia la habitación del Príncipe. Pero antes de que pudieran poner un pie dentro del palacio, uno de los guardias se acercó y con una voz, que hasta Jeno le impresionó, les empezó a hablar. "¡Joven Príncipe! ¡Por orden de su padre, debo llevarlo con él! ¡¡Comentó que ha corrompido sus órdenes, por lo cual debe ser castigado!!". Exclamó el guardia, mientras sacaba unas esposas de su cinturón y Jeno, al ver eso, no pudo evitar sentir su cuerpo hervir ante la ira que sentía en ese momento.
