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➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟗 ᘒ ꒦ 🜸

"Apenas iba a ir con mi esposo, no ha bajado a desayunar así que, si me permite... Un momento...". Habló amablemente la Princesa mientras se alejaba lentamente de la puerta. "Si gusta, puede pasar... Tomé asiento". Murmuró mientras ahora sí, cerraba la puerta después de que Jisung entrara. Este sólo asintió y se recostó en uno de los elegantes sofás. La Princesa escuchó como ese chico tronaba los huesos de su cuello, tragó saliva y de nuevo sonrió. "Puede encargarle a alguna sirvienta algo de tomar, pero antes... ¿Cuál es el nombre de la persona que busca a mi esposo?". Preguntó inconscientemente y el joven gladiador se enderezó un poco para mirarla a los ojos. "Pues... Es confidencial, soy su compañero de lucha, y de verdad es algo importante. Después lo sabrá usted...". Finalizó con una sonrisa de oreja a oreja y la Princesa ya no quiso insistir. Tal vez sí era algo importante, por lo cual subió las escaleras y se dirigió a una de las habitaciones que usualmente habitaba Jaemin cuando estaba molesto. No se tomó la molestia de tocar y abrió la puerta encontrándose aún al Príncipe profundamente dormido. Poco a poco se fue acercando, acarició gentilmente el rostro contrario, en todo el tiempo que había estado con él, la Princesa empezó a sentir algo pequeño por él, de verdad que trataba de evitarlo, pero le era imposible. Suspiró en silencio y meneó con poca fuerza al chico.

"Jaemin... Hey, despierta, alguien ha venido a visitarte...". Decía elevando cada vez más su voz, el Príncipe, con un poco de dificultad, subió ambas manos a su cara y rascó ambos ojos para después abrirlos lentamente. "¿Qué pasa?". Preguntó con una profunda voz, la Princesa sonrió y ayudó a su esposo a sentarse en la cama. "Tienes visitas... Un chico me dijo que alguien quería verte, mas no me quiso decir quien, así que... ¡Debes ir tú a ver!". Explicó para después enderezarse y caminar hacia la puerta. Jaemin frunció el ceño ante ello, ¿quién en todos los reinos de ese país lo visitaría? No era muy conocido por esos rumbos así que una visita, es lo menos que se esperaba. Mas, sin embargo, asintió a las palabras de su esposa y empezó a cambiarse con una ropa más decente. Cualquiera que estuviera esperándolo, debía al menos verlo presentable.

"Iré con la Princesa del sureste por un poco de aire, regresaré en la tarde, ¿está bien? Tú atiende lo que tengas que atender". Dijo la Princesa acercándose a Jaemin y dejando un ligero beso en sus labios. Simplemente había sido un rose, pero, de todas maneras, Jaemin no sentía nada con aquello, sólo lo hacía porque era su deber como esposo. Vio como la Princesa desaparecía por la puerta, dejó salir un suspiro y empezó a vestirse.

No tardó más de diez minutos, por lo cual, ya cuando estuvo listo bajó lentamente las escaleras. El palacio se veía un poco más vacío que otras veces, al menos días antes las sirvientas se veían caminando de un lado a otro, pero en ese momento, ninguna persona se podía observar. A excepción de un chico, quien estaba recostado en uno de los sofás con los pies arriba de ellos, podría reconocer ese cabello a cien kilómetros de distancia. No mostró ninguna reacción en su cara, pero por dentro moría por abrazar a ese gladiador. Se acercó lentamente y sonrió cuando Jisung levantó la vista y se levantó de inmediato esta vez, yendo hacia el Príncipe para así poder ambos abrazarse amistosamente. "¡Jaemin! ¡Carajo, no sabes lo feliz que me siento ahora mismo!". Dijo el joven gladiador ya cuando ambos rompieron el abrazo.

"No sabes lo feliz que estoy también... Pero Jisung, ¡¿qué haces aquí?! ¿Y mi padre? Donde...". Pausó un momento sus palabras para poder desviar un poco la vista. "¿Jeno está bien?".

Jisung sonrió de lado y asintió levemente mientras caminaba de un lado a otro, Jaemin frunció el ceño y tomó de los hombros a su amigo para verlo de frente. "Mi padre no le hizo nada... ¿Verdad?". Preguntó con miedo en su voz, sin embargo, Jisung de nuevo sonrió y caminó hacia la puerta abriéndola poco a poco.