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Ꮺ ָ࣪ capítulo O6 𓂃

Un día había pasado desde aquella conversación, en ese momento Jeno acababa de despertar, se levantó de la cama tronando los huesos de su cuello y se dio una ducha de media hora. Se cambió con una ropa cómoda y adecuada. Se peinó un poco dejando esta vez su flequillo tapar un poco sus ojos, luego, salió con un poco de prisa y se dirigió directamente a la habitación del Príncipe. Para su desgracia, cuando llamó a la puerta, no hubo ninguna respuesta, pronto volvió a tocar y esperó un momento, pero tampoco huno señal. Un poco preocupado, abrió lentamente la puerta y asomó la cabeza.

Frunció el ceño cuando vio la cama bien hecha y nadie en ella. Poco a poco se dio paso en el interior, con cuidado de no hacer ningún ruido, miró para todas partes, pero cada vez que miraba a su alrededor se sorprendía. Cuando a él le habían dado su propia habitación había quedado asombrado, pero la recámara del Príncipe no era ninguna broma, era mucho más grande que la suya y las decoraciones eran magníficas.

Mientras aún miraba a su alrededor, Jeno notó una puerta y se preguntó si el Príncipe que estaba buscando estaba ahí. Se dirigió hasta ella y colocó ambas manos en los pomos de la puerta y cuando la abrió, se sorprendió ante lo que estaba frente a él.

Al menos un centenar de ropa fueron colocados cuidadosamente y diferentes tipos de zapatos, desde hace varios días y de todo lo que había visto hasta ahora, le hizo darse cuenta de que Jaemin realmente era un Príncipe. Dado que él tiene una personalidad que es la última que se puede esperar de uno como tal, su título fue empujado hacia atrás en la mente de Jeno y acabó de ver a este último como un amigo o algo más.

Jeno suspiró y luego cerró la puerta mientras empezaba a caminar para poder salir de la habitación. El Príncipe no se encontraba allí y estaba empezando a preocuparse, todavía era demasiado temprano y a lo que conoce al Príncipe, es un dormilón, por lo que es imposible que esté despierto tan temprano. ¿Sonambulismo? Jeno pensó, pero pronto se sacó la tonta idea de su cabeza y simplemente se centró en buscar al Príncipe.

Caminó alrededor del palacio, le pidió a algunas criadas y soldados que iban de paso si habían visto al Príncipe, pero no obtuvo nada más que una respuesta decepcionante. Sin embargo, él todavía continuó caminando, cuando llegó al patio principal, pudo observar a Mark con unos pocos soldados y alrededor de unos caballos. Jeno había conocido a todos los soldados durante mucho tiempo para saber que estaban a punto de irse. Se acercó un poco más para hacer que Mark y los soldados se dieran cuenta de su presencia. "¿A dónde vas?". Preguntó Jeno y era bastante obvio que el Príncipe representante se sorprendiera al escuchar aquella voz repentina. Mark se volteó para mirarlo por un momento, luego se centró en colocar la silla de montar a su caballo correctamente.

"Norte... De vuelta a mi reino". Mark murmuró sin ninguna explicación.

"¿Por qué?". Preguntó Jeno, tal vez ese representante era muy tranquilo, o realmente le da igual lo que pase a su alrededor. Parecía hablador cuando estaba con él y con Haechan, pero en ese momento se sentí un poco incómodo a este último.

"Haechan me pidió por lo menos dos mil soldados, es por eso que voy a ir allí mismo para pedírselos a mi padre". Respondió Mark, de nuevo, un poco cortante.

"¿Por qué?". Preguntó de nuevo Jeno, un poco molesto ya que el chico no estaba dando ninguna explicación. Mark a continuación, puso un pie en el estribo de la silla y dio un salto para montar su caballo correctamente. Se sentó, todo a la vista de Jeno, quien no dejaba de fruncir el ceño.

"Pregúntale tú mismo". Dijo Mark y luego hizo un gesto para que Jeno mirara atrás, cuando el mariscal de campo lo hizo, notó la presencia de Haechan, quien estaba detrás de ellos con una sonrisa en su rostro.

"¿Cuánto tiempo cree usted que va a tardar?". Preguntó Haechan mientras se acercaba a Mark.

"No estoy seguro, es un viaje de diez días, siete sin dormir, no se preocupe. Voy a estar aquí tan pronto como pueda". Dijo Mark en forma divertida, Jeno notó la pequeña sonrisa formándose en los labios del Príncipe representativo, este se inclinó un poco y acarició los cabellos de Haechan, quien sólo se rio cerrando los ojos. Mark retiró la mano, levantó las riendas del caballo y empezó a correr, poco después, algunos soldados hicieron lo mismo.