Fan Enamorada || Erick Pulgar (Pausada)

Parte 2: Capitulo 2

Como había dicho antes estar cerca de el puso todas mis emociones a mil, no pensé que volverlo a ver tendría ese impacto.

Esa noche me bebí hasta el agua del florero necesitaba olvidarlo, lo intenté tantas veces.

Que ya perdí la cuenta, en Estados Unidos hice una y mil cosas. Estuve con una que otra persona, y nada ni nadie lo pudo sacar de mi mente y corazón.

Por qué pase lo que pase nunca podré sentir un verdadero odio hacia el, el dejarme de esa manera tan cobarde, el endulzarme con sus palabras para que terminara casándose con otra chica.

No se si en algún momento pueda perdonar lo que hizo, ya que aunque lo ame como nunca antes he amado a nadie. Eso no es todo para que pueda volver con el.

—La puta madre— me sujete la cabeza cuando sentí que me iba a explotar.

En ese momento no escuche a nadie, solo quería ahogar el sentimiento de tenerlo tan cerca.

En la mesita de noche había un paracetamol con una botella de agua, me la tomé antes de meterme al baño.

Estaba en una habitación que supuse era la de invitados, habían un montón de toallas en el baño.

Así que podría bañarme sin drama, luego acudiría a mi hermana por ropa.

Estar bajo el agua me relajo todos los músculos tensos de solo pensar en el papelón que me debo haber montado.

Envuelta en las toallas abri los clóset encontrándome con algunas prendas que supuse eran de Carolina.

Había unos jeans que realmente me habían quedado muy bien para ser real, y una polera que supuse no era suya si no que de Alexis pero me la coloque igual.

Salí de la habitacion en busca de mi hermana y mi cuñado.

—Tienes un mejor aspecto— Alexis me miro de pies a cabeza cuando me vio llegar al comedor.

—¿Tan mal estaba anoche?— pregunte sentandome frente a el en la mesa.

—¿Quieres que sea sincero?— yo asenti, pero arrepintiendome en el instante— demasiado, por poco te da un coma etílico.

Con eso ya me decía todo.

—¿Alguna cagada?— esto si me daba miedo preguntar.

—Decirle a Erick que era un hueon pero como sea lo amabas igual.

Ya no quería saber nada más, no podía.

—Una dosis de energía para la resaca— mi hermana colocó delante mío un desayuno con todo lo que mi cuerpo necesitaba.

No podía comer con el dolor de cabeza así que mi hermana me mandó a dormir, ya que en la tarde volverían los chicos.

También me había pasado ropa más decente a lo que andaba trayendo, aún así a mi me gustara y andaba cómoda.

Dormi hasta que comenze a sentir gente hablando, me cambie por los jeans que mi hermana me entrego.

Unos más acorde a mi talla y me paso una polera que no me gustó así que tuve que volver a acudir al clóset sacando otra camiseta.

—¿Y Sara?— comenzaron a preguntar, y yo justo venía bajando las escaleras.

—Acá— respondi yo misma, el dolor de cabeza había cesado.

—Enana— Eduardo me atrajo en un abrazo, tan como fue ayer.

Salude a alguno de los presentes ya que los demás andaban en su onda.