I'm Dying at the Door of Your Heart - Duff McKagan (Duff and Miranda)

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Título: I'm dying at the door of your heart / Estoy muriendo a la puerta de tu corazón

Fanfic: Duff McKagan (bajo, voz,batería, guitarra, etc.)

 Clasificación: ATP

Contenido: -

Sinopsis: "—¿Podemos al menos ser amigos? Amigos..."

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El compartir casi la misma altura causaba que la mirada fija que mantenían entre ellos se volviera más intensa, más penetrante y más filosa, pero tan adictiva como para que ninguno quisiera salir de ese trance.

—¿Podemos al menos intentar ser amigos?

Amigos... Ahí era cuando la palabra dolía más, cuando él la decía, y con una puñalada extra si se la decía a ella.

—Estaremos lejos...

—Eso no tiene nada que ver. No quiero alejarme de ti... —Ella desvió la mirada, pero solo por un segundo antes de retomarla. Quería decirle que no, eso dolería a largo plazo, pero a la vez tampoco quería alejarse de él, sentía que no podía, que simplemente no debía.

Él extendió la mano para dar un poco de inocencia a la situación. Ella volteó para revisar que su tren aún siguiera ahí, esperando pasajeros a los que se les pudo hacer un poco tarde. Sin estar convencida, estrechó la mano del chico rápidamente para aceptar el "acuerdo".

—Amigos. —Lo repitió más para sí misma, en mi opinión, con la esperanza de que de sus labios no sonara tan mal como desde los de él.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho y eso fue suficiente para que ella debiera voltear luego de corresponderle, tanto para no perder el tren, como para no llorar en frente de él.

Él ladeó un poco la cabeza sin sacarle la vista de encima mientras se alejaba.

Ella bajó un poco la mirada manteniendo la compostura lo mejor posible y esperando no voltear a verlo.

—¡Miranda! —Apenas al voltear un poco, él había estampado sus labios contra los de su chica, porque eso era, era su chica, por más imposible que fuera su relación.

Miranda correspondió como si hubiera necesitado ese beso por años, como si nunca lo hubiera hecho antes. No solo a ese beso, lo necesitaba a él. Ese era un hecho que no lograría cambiar ni aunque él se casara, ni aunque ella se mudara a un continente opuesto a América.

Una de las manos del chico se posó en la mejilla de ella, como si quisiera sostener su rostro, y la de ella fue a parar justo encima, casi entrelazada a la de él.

Daba igual estar en una estación de tren, o que ella tuviera maleta en mano, que la novia de él estuviera esperándolo en casa o que la gente los mirara extrañados por la poco acostumbrada muestra de afecto.

Despacio, ella retiró la mano de él de donde estaba para besar casi los nudillos de sus dedos. Le dedicó una mirada llena de confianza, esa que ambos habían adorado construir a través del tiempo que pasaron juntos. Una sonrisa que ella buscaba fuera sincera se agregó de su parte, mientras él aprovechaba para dar una última caricia a su mejilla.

La chica terminó por retirar del todo la mano del rubio, pero no la soltó al bajarla. Se acercó y besó uno de los laterales de su rostro, luego cortamente sus labios, y con una breve caricia en su hombro soltó su mano, decidiendo que esa sería su despedida.

Una sonrisa de parte de ambos antes de que ella subiera al tren. Lógicamente, la primera acción de él fue acercarse hasta la ventana de su asiento y casi apegarse a este, de no ser por las vías.

Ella se le quedó mirando unos cuantos segundos, habiendo dado por perdida la esperanza de que pudieran estar juntos en algún momento, porque él quería a su novia, y llegar de la nada y hacer que accidentalmente se enamorara de ella no cambiaba lo que sentía por su pareja.

"—¡Te elijo a ti, Miranda!

Entonces termina con Kassia Sambora.

Yo... no puedo."

Su ilusión y su compostura terminaron de romperse cuando él apoyó extendida la mano en el vidrio de la ventana, solo para que ella dejara la suya a la misma altura. Rechazó su profundo deseo de desviar la mirada al corresponderle el gesto. Estaba justo frente suyo, pero esa fina capa de vidrio era la que siempre había estado entre ambos, y a la fuerza ella había tenido que descubrir que era cristal a prueba de balas, y que él estaría siempre del otro lado.

—Te amo, Duff...

No, él para nada había escuchado lo que le dijo, puesto que el tren acababa de comenzar a moverse y atendió el hecho de que debía despegar la mano del vidrio.

—Jamás voy a dejar de amarte, Miranda... 

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Co-escritora: sweetxrose_

Esta escena surgió por un grupo de rol, a pesar de que nunca haya pasado en el mismo. Fue invención mía, pero tiene que ver con la historia creada entre ella y yo. 

Título, es una frase de la canción Father Time, de Richie Sambora. 

La actriz que imaginé para Miranda es Blake Lively. 

Supernova Mannequin - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora