Supernova Mannequin - One Shots

"Omitir Intro" - Steven Adler

El "look" presente en Steven Adler (multimedia) no es el mismo estilo que el del personaje que interpreta en este one shot.

Título: Omitir Intro
Fanfic: Steven Adler (Baterista, Cantante)
Clasificación: +7
Contenido: Todo público
Sinopsis: No existe el verdadero amor, sólo las verdaderas películas sobre amor.
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Calma... Sólo es un trabajo. Una entrevista. En cada una me pongo así de nerviosa, pero las tengo bastante seguido. Soy una periodista. Soy algo importante en mi empresa pero aún así quedé en este caso por descarte, no es que fuera un personaje de libro o algo por el estilo.

No soy de esas que se desviven en arreglos faciales y así, pero tampoco amo estar des...cuidada.

El caso era uno de los empresarios más jóvenes, exitosos e importantes del país. Los dos grandes problemas: era guapo y no sé qué más que volvía locas a las chicas, y era rico y famoso. No necesitaba más para darme una idea de lo difícil que sería establecer con él un diálogo que no terminara siendo sólo un egocéntrico monólogo. Uno en el que obviamente yo no sería la protagonista.

Me arreglé y me puse en marcha. Un cruce completo al otro extremo de la ciudad.

Apenas llegar, unas puertas enormes vidriadas me dieron la fría bienvenida.

Un conjunto de muchachas rubias me condujeron paso a paso a una sala de espera.

Me quité el abrigo y me dediqué a observar. Una buena cantidad de frescas y bastante verdaderas plantas. No habían muchos cuadros o adornos de pared, salvo mantos colgados de decoración o algo así en cada esquina. Rubias, muchas rubias. También los hombres. Solo vi a una chica que reponía elementos como lapiceras u hojas de papel de un lado a otro, ella tenía el pelo lacio y marrón. Además, salvo ella, todas tenían el pelo atado. ¿Obsesión con los estereotipos? Es joven, rico, famoso y codiciado, no se podía esperar mucho más.

Otro robot rubio me avisó que el señor Adler me esperaba.

Entré apenas se abrió el ascensor, recta y erguida. Con una libreta en el brazo, la grabadora en la mano y mi abrigo en la otra.

Él se encontraba de espaldas, contra su escritorio, mirando hacia afuera. Su oficina era enorme, ¿y cómo no? Llena de ventanales, una mini sala de estar y hasta bibliotecas.

Se dio vuelta para mirarme con ese semblante serio que no intimidaba a nadie.

-Buen día, señor. Soy Paris Wells. Soy periodista del New York Times. Como ya sabe,-

-Si sabes que lo sé, entonces omite la introducción.

-Disculpe, ¿qué?

-Sé lo que dirás. Tu nombre, tu puesto laboral, tu lugar de trabajo, tu intención, la causa de tu entrevista, lo que pasará luego de eso...

-Veo que está muy acostumbrado a las entrevistas, señor Adler.

Sonrió ampliamente y me hizo con la mano un gesto para que me sentara en el conjunto de sillones y mesa baja en frente de su escritorio. Una vez que lo hice, él se apoyó en este y me miró. Unos segundos después, al fin habló.

-Steven Adler.- Un hombre de estatura promedio. Pantalón blanco, negros sus delicados zapatos. Camisa blanca abierta en los primeros dos botones. Un saco abrochado abajo, blanco. Tenía las mangas dobladas informalmente hasta los codos. Una mirada seria, fría, pero amigable a la vez. El pelo largo entre los límites de corto, como siete centímetros, muy, pero muy, desordenado, era rubio salvo en las raíces. Parecía rubio natural, como si el color oscuro fuera el teñido. Tal vez esto explicaba la selección física de las empleadas.