Regálame Orquídeas [LingYi]

Extra: Ouyang ZiZhen y Lan SiZhui.

Ouyang ZiZhen siempre fue un amante de las artes.

Tenía un gusto particular por las novelas románticas y las poesías de amor.

Le gustaba apreciar la belleza de su entorno.

No importaba si era una simple flor en el camino, un bello paisaje natural, o una persona hermosa, Ouyang ZiZhen las admiraría.

Cuando tenía nueve años, conoció a una persona especial.

Era un chico de la Secta Lan de Gusu, tenía una suave sonrisa en su rostro y la amabilidad parecía ser parte de él.

Esa fue la primera vez en su corta vida, que Ouyang ZiZhen conoció lo que era la atracción a primera vista.

Hacerse amigo del chico fue sencillo. Él parecía ser un espíritu sociable que buscaba ayudar a todos.

Ouyang ZiZhen se enteró que su nombre era Lan Yuan, cortesía SiZhui.

Lo vio durante las reuniones importantes y luego en las cacerías nocturnas.

Ouyang ZiZhen no se acercó mucho a él.

Eligiendo por observar desde la distancia.

Hasta que eso no fue suficiente.

Ouyang ZiZhen se acercó más a él durante el misterio de los cadáveres de gatos.

Quedó aún más prendado por el buen liderazgo y el raciocinio de su amor secreto.

Años después, cuando todo estuvo en calma, fue admitido para estudiar un año en la Secta Gusu Lan.

Y no, claro que no se metía en problemas solo porque sabía que él era quien supervisaba el castigo, solamente era su buena suerte haciéndole un favor.

...

Ouyang ZiZhen terminó su castigo luego de unas horas de sufrimiento. Levantó la vista y notó que solo quedaban ellos dos.

Tomó las hojas en la mesa y avanzó hacia Lan SiZhui para presentar su trabajo.

El sol ya se estaba ocultando, la ubicación provocaba sombras en la cara del otro, y Ouyang ZiZhen podía ver las largas pestañas de Lan SiZhui mientras se acercaba.

La mano derecha de Lan SiZhui trabajaba con el pincel, los trazos dejados en el papel eran correctos y prolijos, la mano izquierda sostenía un libro de la biblioteca.

Acercándose desde el costado, la mirada de Ouyang ZiZhen vagó por los rasgos en el rostro concentrado de Lan SiZhui y en los largos dedos blanquecinos que sujetaban el pincel.

Luego tropezó consigo mismo y cayó estúpidamente hacia adelante.

Nuevamente, culpaba a su mala suerte por tener que caer sobre Lan SiZhui.

—¡Ouch! Lo siento, SiZhui.

Levantó la cabeza y fue recibido con la imagen más hermosa que haya visto en su vida.

Su corazón se saltó un latido cuando notó el color carmín en las mejillas de Lan SiZhui, casi oculto por las penumbras cada vez más grandes, Lan SiZhui rehuía del contacto visual.

—...Joven maestro Ouyang, ¿podrías mover tu mano?

Ouyang ZiZhen bajó la mirada y oh, su palma estaba presionando el muslo de Lan SiZhui, muy, pero muy cerca de ese lugar.

—¡Wah! ¡Lo siento!

Ouyang ZiZhen retrajo su mano y la acunó en su pecho con la otra.

Sentía que su mano se estaba quemando.